13 agosto, 2010En Turquía, 23 miembros de Birlesik Metal IS despedidos fueron readmitidos el 9 de agosto, tras la ocupación pacífica de la factoría y una huelga de una semana por la readmisión.
TURQUIA: Sindicalistas despedidos de Birlesik Metal IS volvieron al trabajo el 9 de agosto; tras una semana de huelga de todos los trabajadoresy de Çel-mer y una sentada pacífica en lo alto de una grúa de 12 metros, se concertó un acuerdo de readmisión en la noche del 5 de agosto de 2010.
Los trabajadores de la compañía Çel-mer Metal en Gebze Cayırova (Turquía) se afiliaron al sindicato Birlesik Metal IS a comienzos del verano. Al descubrir actividades sindicales en el interior de la acería, la compañía despidió a 12 trabajadores, los cuales iniciaron una lucha pública por la readmisión ante la planta, y fueron readmitidos el 29 de junio.
Sin embargo, en lugar de entablar negociaciones para la conclusión de un primer convenio colectivo, la compañía siguió presionando a los trabajadores para que renunciaran al sindicato. Como los trabajadores se negaron a abandonar el Birlesik Metal IS y siguieron solicitando el reconocimiento del sindicato y la negociación colectiva, Çel-mer despidió a 23 trabajadores más el 16 de julio.
El 17 de julio, los 23 trabajadores despedidos iniciaron una protesta frente a la compañía, pero esta vez la empresa no respondió.
El 2 de agosto, los 23 trabajadores despedidos volvieron a entrar en la planta y todos los obreros iniciaron una sentada aérea, ocupando una importante grúa en el perímetro de la compañía. Los familiares y simpatizantes montaron una carpa ante la factoría. La compañía pidió ayuda a la policía, que se movilizó ante la planta.
Las sentadas aéreas para exigir la readmisión de trabajadores represaliados no son comunes en Turquía, por lo que la huelga pacífica en Çel-mer llamó mucho la atención dentro y fuera de Turquía. Durante el tenso período de vigilancia de la policía frente a la ocupación mediante la sentada, grupos locales como los trabajadores de USP turcos en TUMTIS y otros internacionales como la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas enviaron delegaciones de solidaridad a la sentada aérea en Çel-mer.
Tras la conclusión de un acuerdo en la noche del 5 de agosto, los trabajadores victoriosos de Çel-mer bajaron de la grúa y abandonaron la factoría cantando "¡el derecho a la sindicación no puede impedirse!"