25 marzo, 2010En una comunicación al Representante Especial de las Naciones Unidas sobre Empresas y los Derechos Humanos, la UITA ilustra cómo se utiliza sistemáticamente el trabajo precario para debilitar los derechos humanos.
MUNDO: La UITA ha enviado una comunicación oficial al Representante Especial de las Naciones Unidas sobre Empresas y los Derechos Humanos, Profesor John Ruggie, llamando la atención acerca de las numerosas formas en que se está utilizando sistemáticamente el empleo precario para debilitar a la organización sindical y el poder de negociación.
El mandato del Profesor Ruggie, que dura todo 2011, comprende la elaboración de recomendaciones para reforzar el deber de los Estados de proteger todos los derechos humanos contra los abusos de las empresas transnacionales y otras compañías, y establecer un marco concreto sobre las obligaciones de las empresas, habida cuenta del derecho internacional.
La UITA (Unión Internacional de Asociaciones de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines) cita en la comunicación cierto número de casos que afectan a algunas de las mayores empresas del sector de la alimentación del mundo, como Nestlé, Unilever and Coca-Cola.
Sobre la base de sus experiencias, la UITA señala que: «El trabajo precario en todas sus formas -- cuando no es encomiado, alentado y fomentado para contribuir a la "flexibilización" del mercado laboral -- es normalmente discutido en relación con la disminución del nivel de vida, la discriminación, la feminización (del trabajo) o la pobreza". Sin embargo: "Hay otra dimensión central de los derechos, a saber, la deliberada aplicación de la relación del trabajo precario para restringir la capacidad de los trabajadores a organizarse en el lugar de trabajo y combatir la pobreza, la inseguridad, las condiciones de trabajo inseguras, etc., mediante la organización sindical y la negociación colectiva.
"Creando una red intermedia de relación de empleo indirecta, las empresas eluden la responsabilidad del empleador en cuanto a las relaciones industriales, y limitan el tamaño de la unidad de negociación colectiva o incluso eliminan totalmente la relación de negociación colectiva. Generalizando la inseguridad mediante el debilitamiento del empleo directo, esas prácticas ejercen también un enorme efecto sobre el entorno general en el que se organizan los trabajadores para ejercer sus derechos colectivos... En este contexto, el trabajo precario surge como una cuestión fundamental de derechos humanos que exige una firme respuesta basada en un marco completo de derechos humanos."
En la comunicación se pide al Representante Especial que "integre plenamente la relación entre trabajo precario y la realización efectiva de los derechos humanos en sus investigaciones y recomendaciones, con carácter prioritario".
La comunicación está disponible en el sitio web del Representante Especial de las NU sobre Empresas y los Derechos Humanos, y puede encontrarse en el sitio web de la UITA, aquí (en formato pdf).
El mandato del Profesor Ruggie, que dura todo 2011, comprende la elaboración de recomendaciones para reforzar el deber de los Estados de proteger todos los derechos humanos contra los abusos de las empresas transnacionales y otras compañías, y establecer un marco concreto sobre las obligaciones de las empresas, habida cuenta del derecho internacional.
La UITA (Unión Internacional de Asociaciones de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines) cita en la comunicación cierto número de casos que afectan a algunas de las mayores empresas del sector de la alimentación del mundo, como Nestlé, Unilever and Coca-Cola.
Sobre la base de sus experiencias, la UITA señala que: «El trabajo precario en todas sus formas -- cuando no es encomiado, alentado y fomentado para contribuir a la "flexibilización" del mercado laboral -- es normalmente discutido en relación con la disminución del nivel de vida, la discriminación, la feminización (del trabajo) o la pobreza". Sin embargo: "Hay otra dimensión central de los derechos, a saber, la deliberada aplicación de la relación del trabajo precario para restringir la capacidad de los trabajadores a organizarse en el lugar de trabajo y combatir la pobreza, la inseguridad, las condiciones de trabajo inseguras, etc., mediante la organización sindical y la negociación colectiva.
"Creando una red intermedia de relación de empleo indirecta, las empresas eluden la responsabilidad del empleador en cuanto a las relaciones industriales, y limitan el tamaño de la unidad de negociación colectiva o incluso eliminan totalmente la relación de negociación colectiva. Generalizando la inseguridad mediante el debilitamiento del empleo directo, esas prácticas ejercen también un enorme efecto sobre el entorno general en el que se organizan los trabajadores para ejercer sus derechos colectivos... En este contexto, el trabajo precario surge como una cuestión fundamental de derechos humanos que exige una firme respuesta basada en un marco completo de derechos humanos."
En la comunicación se pide al Representante Especial que "integre plenamente la relación entre trabajo precario y la realización efectiva de los derechos humanos en sus investigaciones y recomendaciones, con carácter prioritario".
La comunicación está disponible en el sitio web del Representante Especial de las NU sobre Empresas y los Derechos Humanos, y puede encontrarse en el sitio web de la UITA, aquí (en formato pdf).