3 November, 2014Un periódico británico realiza un nuevo análisis sobre la explotación de los trabajadores de la confección en Mauricio, y la realidad es sin duda peor de lo que se dice, afirma la IndustriALL Global Union.
Según la exposición del Daily Mail, las trabajadoras de la confección que producen una camiseta con el lema “Esto es lo que parece una feminista” para la cadena de moda británica de lujo Whistles, donden ganan sólo 1 $ EE.UU. a la hora y duermen 15 en una habitación en literas.
La dirigente sindical Jane Ragoo, del afiliado mauritano a la IndustriALL Global Union CMCTEU, dice: “Es indignante. El hecho de que una camiseta sea cara y lleve un mensaje ético no significa que se confeccione éticamente. Los trabajadores de la confección de Mauricio, la mayoría mujeres, trabajan muchas horas por un salario muy bajo.”
Un trabajador de la confección que trabaja duramente seis días a la semana gana sólo 6.000 rupias (190 $ EE.UU.) mensuales. Al igual que cualquier persona que trabaje en el sector de la exportación en Mauricio están obligados por ley a realizar 45 horas semanales, además de las horas extraordinarias obligatorias: diez a la semana.
Se estima que 65.000 personas trabajan en el sector textil en el país, de las cuales unas 15.000 son migrantes. Muchas de ellas proceden de Bangladesh, donde los sueldos son los más bajos del mundo.
La explotación de los trabajadores migrantes es particularmente odiosa, dice Ragoo:
“Los migrantes tienen prohibido unirse a un sindicato, por lo que no pueden valerse como grupo. Si caen enfermos y necesitan tratamiento quirúrgico son despedidos inmediatamente y enviados a casa, a pesar de que, supuestamente, la atención médica es gratuita en Mauricio. El Ministerio de Trabajo sanciona su despido retirándoles su permiso de trabajo. Y no hay posibilidad de apelar ante un tribunal de justicia.”
La Compagnie Mauricienne de Textile (CMT), la empresa textil implicada en la historia sensacionalista, emplea a 10.000 trabajadores, muchos de ellos migrantes.
“Las autoridades inspeccionan los alojamientos de los trabajadores migrantes, y conceden permiso para un número limitado de personas por vivienda. El problema es que las empresas textiles saturan los dormitorios, por lo que las mujeres carecen de toda privacidad y hasta de espacio para poner su ropa y sus pertenencias”, revela Ragoo.
Los sindicatos están haciendo campaña en el país por una salario mínimo nacional de 9.000 rupias (284 $ EE.UU.) mensuales para todos los trabajadores. Sin embargo, incluso esta cifra es inferior al salario mínimo vital estimado de 14.500 rupias (458 $ EE.UU.).
Los aumentos de los salarios mínimos en Mauricio se hacen a discreción del ministro de Trabajo, y en la mayoría de las industrias no se han actualizado desde hace muchos años.
Se estima que unas 100.000 personas de las 550.000 que constituyen la población trabajadora de Mauricio ganan menos de 130 $ mensuales, lo que significa que viven en condiciones de pobreza extrema. De esas 100.000, el 85 por ciento son mujeres.
Jenny Holdcroft, de la IndustriALL Global Union, que representa a los trabajadores de la confección a nivel internacional, dijo:
“La explotación de los trabajadores de la confección es algo corriente, y no sólo en Mauricio sino en todo el mundo en desarrollo. Los minoristas de la moda realizan enormes beneficios a expensas de los trabajadores, a la vez que afirman que son socialmente responsables. La única forma de mejorar los sueldos y las condiciones de los trabajadores de la confección es que tengan derechos y leyes sobre el empleo más estrictas, y eso es por lo que están luchando los sindicatos en todos los países donde se fabrica ropa.”