28 julio, 2010Una delegación "Justicia para Colombia", de la que forma parte el secretario general de la FITIM, Jyrki Raina, visita Colombia para mantener la presión internacional sobre el Gobierno colombiano, recién elegido, con el fin de mejorar los derechos humanos y sindicales.
COLOMBIA: Una delegación internacional de políticos, sindicalistas y ONG visitó Colombia del 20 al 24 de julio para mantener la presión por el mejoramiento de los derechos humanos y sindicales en el país más peligroso del mundo para los sindicalistas. En los útimos 24 años han sido asesinados 2.800 sindicalistas, y este año han muerto ya 32.
El secretario general de la FITIM, Jyrki Raina, participó en la misión para ver cómo puede contribuir la FITIM a los esfuerzos por mejorar las condiciones de actuación de los sindicatos y si el presidente electo del país ofrecería nuevas esperanzas.
La misión fue organizada por Justicia para Colombia, organización creada por sindicatos británicos. La delegación, integrada por líderes de sindicatos y miembros del Parlamento Europeo y el Parlamento del Reino Unido, se reunió con las principales figuras del Gobierno en Colombia, entre ellas el presidente electo, Juan Manuel Santos, el futuro vicepresidente, Angelino Garzón, y la futura ministra de Relaciones Exteriores, María Angela Holguín, que tomarán posesión el 7 de agosto de 2010.
Hablando sobre la misión, Jyrki Raina dijo: "El presidente electo Santos asumió grandes compromisos sobre el mejoramiento de los derechos humanos y laborales, como la creación de un órgano interinstitucional y el diálogo con los sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Seguiremos de cerca lo que sucede tras su investidura."
Raina tambiém señaló que las negociaciones actuales sobre acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y la UE ofrecen algunas oportunidades para ejercer presión sobre el Gobierno colombiano con miras a introducir mejoras.
Durante su estancia en Colombia, la delegación se trasladó a Macarena y visitó una enorme fosa donde se encuentran los restos de entre 450 y 2.000 personas asesinadas, que se está excavando actualmente para identificar los cuerpos. La delegación se reunió asimismo con otras víctimas y familiares de activistas y sindicalistas asesinados, y con prisioneros políticos.