28 enero, 2010Una recuperación sin empleo es el escenario que se desprende del informe de 2010 "Tendencias mundiales del empleo" que acaba de publicar la OIT.
MUNDO: Los datos sobre las tendencias del empleo de la OIT para 2010 no son una sorpresa. Pero resultan alarmantes, porque muestran que no hay esperanza de que las tasas de empleo vuelvan pronto a los niveles anteriores a la crisis. Además, las condiciones de empleo se deterioran constantemente, tanto en el Norte como en el Sur, con un cambio en todas partes a arreglos de empleo precario.
En un comunicado de prensa publicado hoy, la OIT destaca que "el porcentaje de trabajadores con empleos vulnerables a nivel internacional supera los 1.500 millones de personas, lo que equivale a más de la mitad (50,6 por ciento) de la fuerza laboral global. Se estima que el número de personas con empleos vulnerables aumentó en más de 110 millones en 2009, comparado con el año anterior". No sólo los empleos perdidos no se recuperarán pronto, sino que pasarán a estar menos protegidos, menos regulados, y se convertirán a menudo en segmentos "grises" del mercado laboral.
La crisis mundial debe y puede ser una oportunidad para situar de nuevo el trabajo en el centro de la economía. Los sindicatos piden que la estrategia para salir de la crisis sea un nuevo modelo de crecimiento centrado en el empleo de calidad. Por el contrario, las medidas de estímulo y emergencia se han dirigido a los sectores empresarial, banquero y financiero, en lugar de a objetivos de recuperación del mercado de trabajo. En los planes de estímulo hay que abordar urgentemente la generación de empleo como primer objetivo y condición para la recuperación económica.
Las instituciones económicas y financieras internacionales no han podido -- o tal vez no han querido -- ver llegar la crisis. Evidentemente, los gobiernos de sus países miembros son responsables de ello; deben cesar sus conversaciones carentes de sentido sobre la necesidad de reglamentaciones y tomar medidas concretas para salir de la crisis, evitando que la actividad económica sea la misma que antes y la creencia ciega en la función autorregulatoria del mercado.
En un comunicado de prensa publicado hoy, la OIT destaca que "el porcentaje de trabajadores con empleos vulnerables a nivel internacional supera los 1.500 millones de personas, lo que equivale a más de la mitad (50,6 por ciento) de la fuerza laboral global. Se estima que el número de personas con empleos vulnerables aumentó en más de 110 millones en 2009, comparado con el año anterior". No sólo los empleos perdidos no se recuperarán pronto, sino que pasarán a estar menos protegidos, menos regulados, y se convertirán a menudo en segmentos "grises" del mercado laboral.
La crisis mundial debe y puede ser una oportunidad para situar de nuevo el trabajo en el centro de la economía. Los sindicatos piden que la estrategia para salir de la crisis sea un nuevo modelo de crecimiento centrado en el empleo de calidad. Por el contrario, las medidas de estímulo y emergencia se han dirigido a los sectores empresarial, banquero y financiero, en lugar de a objetivos de recuperación del mercado de trabajo. En los planes de estímulo hay que abordar urgentemente la generación de empleo como primer objetivo y condición para la recuperación económica.
Las instituciones económicas y financieras internacionales no han podido -- o tal vez no han querido -- ver llegar la crisis. Evidentemente, los gobiernos de sus países miembros son responsables de ello; deben cesar sus conversaciones carentes de sentido sobre la necesidad de reglamentaciones y tomar medidas concretas para salir de la crisis, evitando que la actividad económica sea la misma que antes y la creencia ciega en la función autorregulatoria del mercado.