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2.1 Anteposición de los beneficios a las personas

31 agosto, 2009

El capital financiero ha conseguido dominar el capital productivo. La inversión especulativa a corto plazo se ha impuesto a expensas de la inversión a largo plazo en creación de empleo, desarrollo de capacidades, investigación e innovación, y desarrollo sostenible. Las crisis actuales, alimentaria, de combustible y financiera, se deben a los fracasos de la política neoliberal, que tienen drásticas consecuencias para la clase trabajadora y los pobres, y que están sumiendo a la economía mundial en una grave recesión.

En los últimos años, la globalización de las finanzas ha adquirido una nueva dimensión, con la proliferación de nuevos productos especulativos que escapan a la regulación. Los fondos especulativos se nutren de los bancos y de inversores institucionales como compañías de seguros, fondos mutuos y fondos de pensiones. Parte de los activos privados procede también de fondos soberanos que disponen de enormes recursos y con deliberada falta de transparencia en cuanto a sus objetivos políticos y económicos, así como a sus prácticas y estrategias de inversión.

Nunca ha sido tan fuerte la influencia de los fondos privados y de los fondos de alto riesgo sobre los mercados y las empresas. Muchos de ellos se encuentran en paraísos fiscales, que asestan otro golpe a los ingresos públicos ya menores debido al impuesto de sociedades. La economía financiera basada en el corto plazo y las elevadas tasas de rendimiento está cada vez más desvinculada de la economía real, con consecuencias devastadoras para los trabajadores.

Hoy día apenas hay una compañía inmune a la absorción de los fondos de inversión privados. En la mayoría de los casos, esos fondos toman el control de empresas sin planes industriales, y con único objetivo de elevar los precios de las acciones y obtener el máximo rendimiento durante un breve período. Las posibles elevadas ganancias a corto plazo atraen a los inversores institucionales, entre ellos los fondos de pensiones. Por tanto, los trabajadores que han colocado sus ahorros para la jubilación en esos fondos de pensiones se encuentran envueltos, sin saberlo, en unas finanzas especulativas que destruyen empleos. Muchos trabajadores ya han perdido sus ahorros a causa de los escándalos de las empresas.

La inestabilidad de los mercados financieros mundiales no es un problema debido exclusivamente a unos cuantos especuladores; todo el sistema requiere nuevas reglas.