27 marzo, 2011
La sindicalización siempre ha sido un asunto primordial para los sindicatos, debido a que éstos requieren de mucho trabajo y recursos para tener éxito. Es especialmente difícil la sindicalización de los trabajadores en áreas antisindicales como lo son las Zonas Francas de Exportación.
En la República Dominicana, la Federación Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos (FENATRAMIM), organización afiliada a la FITIM, se ha especializado en la sindicalización de las Zonas Francas de Exportación, a través de la Federación Nacional de Trabajadores de Zonas Francas (FENATRAZONAS).
Cuando Gertrudis Santana, hoy secretaria nacional de educación de FENATRAZONAS, se inició como sindicalista activa, trabajaba en una fábrica de calzado en una de las zonas francas de la República Dominicana. Ella se convirtió en organizadora en la Zona Franca de San Pedro de Macoris. Al poco tiempo, Santana se había encargado del trabajo de sindicalización de otras zona francas, incluyendo los sectores tanto del textil como de la electrónica
Santana explicó lo siguiente: “Inicialmente, en las zonas francas de la República Dominicana se veían nada más que fábricas textiles. Después llegó también la producción de chip electrónicos, y también apareció el sector metalúrgico, debido al uso de oro en la preparación de los tejidos.”
En la actualidad, Santana no trabaja directamente en la sindicalización de los trabajadores, sino que está más involucrada en el trabajo político dentro de su sindicato. Como secretaria nacional de formación sindical, ella ofrece capacitación a los activistas sobre aspectos del trabajo de sindicalización. Su sindicato constantemente tiene que enfrentar problemas debido a que no se permite tener acceso a los trabajadores.
Por otra parte, siguió diciendo: “Hoy en día han cambiado las condiciones de trabajo en las zonas francas. Antes, los trabajadores acostumbraban tener horas fijas de trabajo, pero ahora les pagan por producto terminado. A pesar de que se decía que así iban a ganar más, en la práctica se han reducido los ingresos de los trabajadores, y han aumentado las horas de trabajo.”
En base a su experiencia, Santana ha concluido que el trabajo de sindicalización en las zonas francas se usan tácticas y estrategias muy semejantes a las que se aplican a otros sectores industriales, ya que muchas veces las condiciones de trabajo son iguales. Sin embargo, algunos sectores, como el de fundición en el sector metalúrgico, tienen mala fama por el peligro que presentan para la salud de las personas, mientras que en el sector de los textiles, como en la mayoría de los casos las máquinas son alquiladas, es más fácil para las empresas cambiar la ubicación de las plantas.
“La libertad de sindicación sigue siendo un sueño para nosotros”, dice Santana, citando el ejemplo de la zona franca de exportación en San Pedro de Macoris, que es el área más grande de la industria electrónica en la República Dominicana.
Según la legislación nacional, se puede formar un sindicato con un mínimo de 25 trabajadores. Sin embargo, el propósito de fondo no es simplemente crear un sindicato, ya que estos trabajadores lograrán poco en una empresa que emplea a miles de trabajadores. En lugar de eso, la meta principal es crear un sindicato lo suficientemente grande, de modo que pueda realizar negociaciones colectivas. Como parte de la campaña actual del sindicato, “Fuerte”, los organizadores se comunican con los trabajadores en las puertas de las fábricas, y en las paradas de autobuses. También se intenta conseguir la dirección de los trabajadores para contactarlos en sus casas, y de este modo poder convencerles que se afilien al sindicato.
Este trabajo ha tenido buenos resultados: FENATRAMIM logró nueve convenios colectivos en zonas francas de exportación, y, si se toma en cuenta el hecho de que se exige que los sindicatos cuenten con un 50% más uno de afiliación sindical para poder comenzar negociaciones colectivas, éste es un logro muy significativo.