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Reino Unido: 2 millones de trabajadores protestaron por cortes en el sector público

5 diciembre, 2011

El 30 de noviembre, se suspendieron los servicios públicos en el Reino Unido debido a una huelga de 24 horas que fue declarada para señalar en forma inequívoca que son inaceptables las reducciones de pensiones de jubilación de los trabajadores del sector público que propone el gobierno de coalición encabezado por el Partido Conservador, y que se responderá a esas reducciones con resistencia en las calles. Se estima que dos millones de trabajadores británicos realizaron huelgas en más de 1.000 manifestaciones en diferentes lugares del país, constituyendo este movimiento de protesta masiva uno de los mayores que se ha conocido en el país desde las huelgas del “Invierno del descontento” de 1979.

Llamado “Día Nacional de Acción para reclamar por las pensiones de jubilación”, en los meses antes del 30 de noviembre, 30 sindicatos del Reino Unido votaron por la huelga en contra el gobierno, que trata de imponer medidas de austeridad que incluyen obligar a los trabajadores del sector público a trabajar por más tiempo y a pagar más para fondos que van a otorgar reducidas pensiones de jubilación.

Foto: Mac Urata

El lema del 30 de noviembre era que fueron los banqueros y la falta de reglamentación gubernamental que ocasionaron los déficit de ingresos: entonces, ¿por qué los hombres y mujeres que hacen funcionar los servicios públicos de Gran Bretaña han de pagar las consecuencias, recibiendo pensiones más bajas y con más años de trabajo?

Con las huelgas del 30 de noviembre, se tuvieron que cerrar un 75% de las escuelas, ya que los maestros y profesores protestaban por el aumento de la cantidad de trabajo debido a que ha aumentado el número de alumnos en cada clase, y se ha reducido su remuneración y las pensiones de jubilación. Debido a las huelgas, se redujeron los servicios en los hospitales, de las agencias del Servicio Nacional de Salud, del transporte público, de las cortes de justicia, y en muchos departamentos y agencias gubernamentales.

Quizá el mensaje más estridente contra el plan de austeridad del gobierno de Cameron/Osborne fue expresado por los funcionarios públicos del Ministerio de Hacienda: la semana pasada, un 90% de ellos abandonaron sus puestos para participar en las protestas.

Un grupo de Occupy London aprovecharon ese día para protestar contra la empresa minera multinacional Xstrata y su Director General, Mick Davis. Fueron detenidos activistas que ocuparon la sede de Xstrata en Londres, cerca de Piccadilly Circus. Protestaban por la remuneración de £18 millones que se había pagado a Davis, el mayor monto pagado a un ejecutivo del FTSE 100.

Debido a las manifestaciones masivas, se paralizó el centro de la ciudad de Manchester, se establecieron piquetes en las oficinas de gobierno, y una marcha de 25.000 personas por la ciudad de Liverpool obligó a 150.000 funcionarios de los tribunales a abandonar sus puestos, atrasando y postergando casos pendientes. Por otro lado, en Irlanda del Norte se produjo la mayor huelga de la historia de esa región, donde 10.000 funcionarios públicos asistieron a una concentración en la municipalidad de Belfast.

Huelga de solidaridad en Bangladesh

Las huelgas del Reino Unido también se hicieron sentir a nivel mundial. La ICEM supo que en Dhaka, al mediodía del 30 de noviembre, la Federación Nacional de Trabajadores del Vestuario (NCWF) de Bangladesh había declarado una huelga de solidaridad con los trabajadores británicos, donde se ofrecieron discursos de Amirul Haque Amin, Presidente del NCWF, y de Steve Grinter, Secretario de Educación de la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero.

El plan de austeridad para el sector público del gobierno de coalición de los Conservadores hace un llamado para que la edad de jubilación aumente de 60 a 66 años en el año 2020, y luego a 67 años en 2026. Se quiere que los trabajadores paguen de su bolsillo un mayor aporte para las pensiones, y exige una fórmula para pensiones de jubilación basada en el promedio de ganancias durante la vida de las personas, en vez de basarse, como en la actualidad, en el sueldo al final de la carrera profesional.

Aún más, el día antes de las huelgas del 30 de noviembre, el Ministro de Hacienda, George Osborne, provocó mayor descontento de los trabajadores al anunciar que cuando venza la actual congelación de sueldos para el año 2012, el gobierno insistirá en imponer un límite de 1% a los aumentos salariales en los dos años siguientes.