18 abril, 2012
El 4 de abril, los trabajadores afiliados a varios sindicatos de Guinea declararon una huelga contra UC Rusal en la refinería de aluminio Friguira de esa empresa rusa, situada en la ciudad de Fria. La huelga de los 5.000 trabajadores se ha denominado indefinida y se inició después de que los administradores de la empresa se negaran a mejorar las condiciones de trabajo del personal.
Rusal ha señalado que la huelga es ilegal, presionando para que intervenga el gobierno de Guinea. El 10 de abril, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en Moscú emitió un comunicado en el que califica los huelguistas de "sindicalistas extremistas", exigiendo que el gobierno tome medidas decisivas para poner fin a la huelga.
Sin embargo, a fines de la semana pasada el gobierno clausuró las oficinas de Rusal en la capital Conakry - a 100 kilómetros de Fria – medida que viola los reglamentos ambientales en Frigura. En septiembre de 2011, Guinea aprobó un nuevo Código Minero que exige que pase a manos del estado un 35% de todas las empresas productoras de recursos. Rusal se ha opuesto a esa ley, a pesar de que en 2006 había comprado en US$19 millones la planta de bauxita y aluminio, que vale US$257 millones.
Posteriormente, el gobierno de Guinea ha encontrado que Rusal ha evadido el pago de unos US$860 millones en impuestos y derechos.
En la planta de Friguira, la única refinería de aluminio en ese país de África Occidental que tiene aproximadamente dos tercios de las reservas mundiales de bauxita, los trabajadores han solicitado se aumente en un 100% su sueldo actual de US$200 mensuales, y que Rusal les pague los gastos médicos. La refinería de Frigura puede producir 630.000 toneladas métricas de aluminio al año.
Rusal tiene una larga historia de explotación de los trabajadores en la industria de bauxita de Guinea. En 2009, a raíz de un taller organizado por la ICEM sobre subcontratación laboral y contratación por agencias, al cual asistieron varios funcionarios del gobierno, el director ruso de relaciones laborales de la compañía, Anatoly Pantchenko, fue expulsado del país después de haberse conocido las prácticas que aplicaba respecto al uso de mano de obra temporal.
Rusal solía permitir a los administradores superiores de la empresa establecer empresas fantasma intermediarias para la contratación de trabajadores eventuales con bajos sueldos, pagando comisión a los administradores principales. La ICEM considera que esta práctica hace continuar la pobreza extrema en un país que muchos consideran el más pobre de la tierra.