15 septiembre, 2011
En Chile, una reciente huelga de miembros del Sindicato No. 1 Escondida, de la Federación Minera de Chile (FMC) en la mayor mina de cobre del mundo, galvanizó, como nunca antes, a los sindicatos de mineros de ese país suramericano. En una manifestación de solidaridad sin precedente, los sindicatos de mineros de la FMC, del sector privado, y los de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), estatal, se están uniendo para reclamar una mayor parte de las ganancias mundiales del cobre para todos los chilenos.
En recientes reuniones conjuntas de las federaciones se ha discutido la forma en que las empresas eluden la legislación laboral y los convenios sobre negociación colectiva a expensas de los mineros, y cómo se están explotando los recursos naturales en detrimento del carácter nacional de las reservas de Chile. Los sindicatos también están unidos: los que representan a los trabajadores del sector privado en transnacionales, luchan unidos con los de la Codelco contra la privatización de ésta.
Otra prueba de la unidad de la FMC y la FTC es el hecho de que mientras que los ministerios de Chile están deseosos de reunirse con ellas, las federaciones insisten en que primero deben realizarse las reuniones de los dirigentes de ellas y luego, las reuniones con los ministerios.
El conflicto entre los asalariados y la dirección de las empresas en Chile surge en un momento de auge de la demanda y altos precios para el principal producto de exportación del país, el cobre. Esa misma demanda y los precios volátiles del metal rojo en todo el mundo han provocado el grito de “Juntos venceremos”, que expresa que los mineros de Chile consideran que una acción conjunta puede ser benéfica para el país.
Mucha atención ha merecido el hecho de que en un solo día –el 30 de julio- se detuvo el 10% de la producción mundial de cobre, cuando los mineros de la Doña Inés de Collahuasi (de propiedad del grupo AngloAmerican y de Xstrata) afiliados a la FMC se unieron a una huelga del Sindicato No. 1 en Minera Escondida Ltda. (de BHP Billiton y Rio Tinto), en una manifestación de simple unidad. Aunque las quejas reflejaban diferentes conjuntos de deficiencias en los dos complejos mineros, resultaba clara la unidad de propósito.
Cristián Arancibia, presidente de la FMC, dijo que los trabajadores estaban prestando atención a un llamamiento, que los sindicatos de su federación sienten responsabilidad para con la gente y las comunidades de las regiones mineras. Agregó que se había logrado con la FTC el acuerdo de que los mineros no deben ser “cómplices de la venta de recursos chilenos por obtener inversiones extranjeras”.
Esto significa concretamente que la FMC reconoce que la Codelco está minando la afiliación de la FTC con el fin de privatizar parcialmente la empresa cuprífera de mayor producción en el mundo.
El 30 de julio, ramas sindicales de la FTC apoyaron la huelga simbólica de dos ramas de la FMC. Actualmente, en el consenso de que se entablará el diálogo tripartito sobre los ingresos por exportación de cobre de Chile, la unidad, determinación y acuerdo de la FMC y la FTC garantizarán que todos los chilenos sean partes interesadas en el cobre.
En recientes reuniones conjuntas de las federaciones se ha discutido la forma en que las empresas eluden la legislación laboral y los convenios sobre negociación colectiva a expensas de los mineros, y cómo se están explotando los recursos naturales en detrimento del carácter nacional de las reservas de Chile. Los sindicatos también están unidos: los que representan a los trabajadores del sector privado en transnacionales, luchan unidos con los de la Codelco contra la privatización de ésta.
Otra prueba de la unidad de la FMC y la FTC es el hecho de que mientras que los ministerios de Chile están deseosos de reunirse con ellas, las federaciones insisten en que primero deben realizarse las reuniones de los dirigentes de ellas y luego, las reuniones con los ministerios.
El conflicto entre los asalariados y la dirección de las empresas en Chile surge en un momento de auge de la demanda y altos precios para el principal producto de exportación del país, el cobre. Esa misma demanda y los precios volátiles del metal rojo en todo el mundo han provocado el grito de “Juntos venceremos”, que expresa que los mineros de Chile consideran que una acción conjunta puede ser benéfica para el país.
Mucha atención ha merecido el hecho de que en un solo día –el 30 de julio- se detuvo el 10% de la producción mundial de cobre, cuando los mineros de la Doña Inés de Collahuasi (de propiedad del grupo AngloAmerican y de Xstrata) afiliados a la FMC se unieron a una huelga del Sindicato No. 1 en Minera Escondida Ltda. (de BHP Billiton y Rio Tinto), en una manifestación de simple unidad. Aunque las quejas reflejaban diferentes conjuntos de deficiencias en los dos complejos mineros, resultaba clara la unidad de propósito.
Cristián Arancibia, presidente de la FMC, dijo que los trabajadores estaban prestando atención a un llamamiento, que los sindicatos de su federación sienten responsabilidad para con la gente y las comunidades de las regiones mineras. Agregó que se había logrado con la FTC el acuerdo de que los mineros no deben ser “cómplices de la venta de recursos chilenos por obtener inversiones extranjeras”.
Esto significa concretamente que la FMC reconoce que la Codelco está minando la afiliación de la FTC con el fin de privatizar parcialmente la empresa cuprífera de mayor producción en el mundo.
El 30 de julio, ramas sindicales de la FTC apoyaron la huelga simbólica de dos ramas de la FMC. Actualmente, en el consenso de que se entablará el diálogo tripartito sobre los ingresos por exportación de cobre de Chile, la unidad, determinación y acuerdo de la FMC y la FTC garantizarán que todos los chilenos sean partes interesadas en el cobre.