8 enero, 2015En 2014 los dos principales productores de cemento del mundo, Holcim y Lafarge, anunciaron que su fusión quedaría terminada a mediados de 2015. La nueva empresa emplearía a unos 130.000 trabajadores y tendría una cifra de negocio de 35.000 millones de euros.
El 23 de diciembre de 2014 ambas empresas publicaron comunicados de prensa sobre los principales órganos y anunciaron un nuevo director ejecutivo y un presidente del consejo de administración de la empresa fusionada. Pero hasta ahora el programa de esta fusión es impulsado sólo por los mayores beneficios para los accionistas. En ninguna de las dos sociedades hay debate sobre las consecuencias para los trabajadores sobre cuyos hombros se ha construido la riqueza de las dos empresas.
Ambas dicen que la sostenibilidad es la piedra angular de su política. Pero esto sólo es relevante cuando los empleados no son tratados como material desechable. Al no haber un diálogo abierto, la anunciada fusión ha generado incertidumbre y desesperación entre los empleados. Está habiendo despidos y desinversiones, y los trabajadores y sus representantes no participan debidamente.
La IndustriALL Global Union, la Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y de la Madera (FITCM) y la Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y de la Madera (FETCM) han dirigido una carta a ambas empresas. Las federaciones sindicales piden que se les reconozca e intervenir en las discusiones sobre las consecuencias para los derechos laborales y las condiciones de trabajo en la etapa más temprana posible. También solicitan una reunión para discutir las preocupaciones de los trabajadores, así como un nuevo Acuerdo Marco Global (AMG) con la nueva empresa. El grupo Lafarge tiene firmado un AMG con la IndustriALL y con la FITCM.
Si bien ninguna de las empresas ha declinado en principio la invitación, las respuestas no han correspondido, ni mucho menos, a las expectativas de los sindicatos. Éstos seguirán insistiendo en discusiones apropiadas.
Los trabajadores de Holcim y Lafarge piden a las direcciones de ambas empresas que:
- Garanticen la protección de las condiciones de los trabajadores en las partes empresariales que se vendan
- La nueva empresa fusionada garantice el cumplimiento de todos los convenios colectivos vigentes
- Se comprometan a mantener el diálogo social a nivel mundial en que Lafarge ha participado anteriormente con los sindicatos también en la nueva empresa fusionada
- Consulten con los trabajadores y sus sindicatos durante este proceso de fusión y después
¡Nada de fusión sin derechos de los trabajadores!