12 mayo, 2017La sostenibilidad se define como la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades.
Una transición justa es, simplemente, una vía – la única vía – hacia ese futuro sostenible.
Hay que dejar de destruir el único planeta que tenemos. Nuestra economía tiene que cambiar, pero el cambio no puede llegar sin conservar a los trabajadores, sus familias y las comunidades que dependen de ellos. El miedo y la resistencia al cambio serían demasiado grandes.
El Acuerdo de París en el ámbito de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, alcanzado en 2015, implica una transformación industrial masiva, pero necesaria, a medida que avanzamos hacia un futuro con emisiones netas de carbono cero. Esto tendrá un impacto, no sólo sobre la extracción de carbón y de petróleo y la generación de energía sino sobre todas las industrias con gran densidad de energía.
Nuestra primera opción es siempre proteger a los trabajadores actuales haciendo sostenibles los empleos existentes. Cuando esto no es posible, tiene que haber una manera socialmente justa de pasar a los trabajadores a nuevos empleos, manteniéndoles totalmente. Es simplemente injusto y socialmente insostenible pedir a los trabajadores que han hecho posible la sociedad actual que paguen todo el coste de los cambios que requiere ahora la sociedad. A medida que se transforma la economía habrá oportunidades y también riesgos. Sin embargo, no podemos confiar en el mercado libre para crear una economía más verde, o al menos no es el único medio: los gobiernos tienen que intervenir con políticas industriales sostenibles. Para avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono ha de haber planificación, no suerte.
Una transición justa se basa en tres pilares:
- Políticas industriales sostenibles
- Programas de apoyo social fuertes
- Ajuste del trabajo creativo
Todo parece indicar que en los próximos años se crearán muchos empleos más verdes. También sabemos que habrá algún desplazamiento de empleos. Los trabajadores tienen que estar totalmente protegidos y conservados durante la transformación. Los nuevos empleos deben ser accesibles para los trabajadores de hoy y de mañana, y apoyados mediante programas de ajuste laboral creativos: no el tipo de programas impulsados hacia abajo por los empleadores que hemos visto en el pasado. Los afectados han de poder opinar en la forma más enérgica y tener más opciones en todo lo que les concierne; por ejemplo, en cuanto a la contratación preferencial a un puesto de trabajo más verde, el acceso a la educación y la formación o una mejor jubilación anticipada.
Si la sociedad desea que determinados trabajadores apoyen la renuncia a su cometido actual, tienen derecho a elegir lo que harán mañana. Y o se les dará satisfacción o la resistencia al cambio será insuperable.
La sostenibilidad no es ya sólo una buena idea; se ha convertido es una cuestión de supervivencia. La Transición justa, como única vía para llegar a ella, ya no es pues un deseo sindical, sino una necesidad absoluta.
Más información en:
Informe de la IndustriALL Global Union sobre sostenibilidad sectorial (véanse particularmente las páginas 15 a 18)
Australian union wins Just Transition deal
El Parlamento europeo vota a favor de un fondo de Transición Justa