2 agosto, 2013El constante ataque de larga data al sindicato local de la multinacional de productos agroquímicos Syngenta con sede en Suiza ha costado a la compañía enormes cantidades en gastos legales, pero la dirección mantiene su trayectoria ideológica de aplastar al sindicato a toda costa.
Syngenta es líder en el mercado de plaguicidas utilizados en la agricultura, y ha registrado unos beneficios de 1.800 millones $ EE.UU. en 2012. El código de conducta de la compañía suiza proclama que esta multinacional:
Se compromete a cumplir todas las leyes laborales, códigos y convenciones nacionales e internacionales, y respetar los principios establecidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo. Estos incluyen el derecho de libertad sindical, el derecho de sindicación y negociación colectiva, la igualdad de remuneración y los requisitos de edad mínima.
En las operaciones de Syngenta en Pakistán, todos los sentimientos de esta declaración del código de conducta se han incumplido desde diciembre de 2010. El Sindicato de Empleados de Syngenta de Pakistán forma parte del sindicato nacional PCEM afiliado a la IndustriALL, y el secretario general del sindicato a nivel de la fábrica es también presidente del PCEM. El secretario general Imran Ali fue despedido por sus actividades sindicales en diciembre de 2010 y ha tenido que proceder a numerosas apelaciones en los tribunales hasta julio de 2013, en que fue hospitalizado por problemas cardiacos.
El compañero Imran Ali tuvo conocimiento de su despido por un artículo en la prensa local durante el período de negociaciones para un nuevo convenio colectivo. Una de las principales prioridades de Imran Ali en las negociaciones del sindicato era insistir en un cambio de la situación laboral de 50 trabajadores por contrato empleados con el requisito legal de un contrato permanente.
Desde los despidos de diciembre el sindicato ha ganado varias causas a todos los niveles de los tribunales pakistaníes, tanto por lo que respecta a la readmisión de Imran tras un despido improcedente como al derecho de los 50 trabajadores contratados a ser empleados con carácter permanente. Cada victoria jurídica fue seguida de un rechazo absoluto de las recomendaciones de los jueces por la dirección de la compañía, que siguió en cambio recurriendo a un tribunal superior hasta llegar al Tribunal Supremo de Sindh en la capital Karachi.
Teniendo presente la historia del conflicto, el secretario general de la IndustriALL, Raina, ha escrito hoy a la dirección mundial de Syngenta afirmando que ya no tiene posibilidades de eludir las responsabilidad legales y morales de la compañía con los trabajadores pakistaníes. Es hora de aplicar las decisiones judiciales y de poner fin a la campaña antisindical. Si Syngenta no actúa positivamente, la IndustriALL llevará este caso al mecanismo de quejas de la OECD.