20 julio, 2023El secretario general adjunto de IndustriALL, Kemal Özkan, explica por qué es crucial prestar especial atención al problema de las violaciones de los derechos laborales y debatir sobre la situación de los trabajadores en Ucrania.
¿Por qué es importante debatir sobre la protección de los derechos laborales en Ucrania en este momento, en medio de la guerra?
“Es importante porque los trabajadores están sufriendo las consecuencias de la guerra, la ocupación y la agresión. Mientras son ellos los que pierden sus empleos e ingresos, y los que deben huir con sus familias, tanto dentro como fuera de Ucrania, también se espera que defiendan y salven a su país. Todos tenemos esperanza de que se respeten sus derechos laborales, que se apoye a sus sindicatos y que se les dé la oportunidad de ser útiles para sus miembros, pero la realidad es otra.
En un momento en que el país necesita unidad, el Gobierno no debería priorizar la modificación de las leyes laborales en contra de los intereses de los trabajadores que luchan por la soberanía, la integridad, la democracia y la prosperidad de su país. Esta situación es, cuando menos, extremadamente decepcionante y frustrante.
Hay dos aspectos que debemos considerar al hablar de los derechos laborales: uno de ellos corresponde a las zonas ocupadas temporal e ilegalmente donde se registran violaciones graves. Recibimos informes terribles desde estos lugares sobre asesinatos, torturas, detenciones arbitrarias, trabajos forzados y deportaciones mediante coacción. El otro aspecto son las recientes modificaciones en casi todas las leyes relacionadas con el trabajo, incluida la legislación laboral individual y colectiva, lo que implica una gran regresión”.
¿Cómo logran los trabajadores seguir realizando sus tareas en medio de la guerra?
“La respuesta es: con valentía. Imaginen a un trabajador de una mina bajo tierra mientras caen bombas. Los trabajadores del sector energético intentan brindar electricidad a las ciudades para garantizar que la vida cotidiana continúe, o reparar los sistemas de energía, poniendo en riesgo sus propias vidas. Incluso lo hacen sin recibir ningún pago o menos de lo que deberían, y sin protección alguna.
Si la economía del país sigue en marcha, es gracias a los trabajadores de la industria, la agricultura y los servicios. Se merecen mucho más de lo que tienen hoy. El trato hacia ellos debe mejorar y sus derechos deben avanzar en lugar de retroceder.
Nuestra tarea principal como sindicato internacional es apoyarlos, debemos ser su voz. Su Gobierno y la comunidad internacional deben entender la realidad de los trabajadores. Por eso seguimos luchando dentro y fuera del país”.
Para algunos trabajadores, por ejemplo, en las centrales nucleares, la situación en cuanto a la salud y seguridad es pésima. ¿No pueden simplemente negarse a trabajar, como es su derecho?
“Los trabajadores están expuestos a un mayor riesgo de ser víctimas de ataques con misiles y minas terrestres que la población en general. Se ven obligados a trabajar en situaciones inseguras e insalubres donde la infraestructura física y el espacio de trabajo están dañados, los sistemas de gestión de salud y seguridad no funcionan y no se siguen los procedimientos normales de seguridad.
Para los trabajadores de la energía nuclear, existe un alto riesgo de exposición a la radiación. Sabemos que se les niega información sobre los riesgos de salud y seguridad debido a los cambios en el entorno de trabajo y la invasión. Es muy difícil obtener información de esos lugares de trabajo, por lo que no sabemos si los trabajadores tienen la oportunidad de alejarse en caso de estar ante un peligro inminente y en situaciones potencialmente inseguras.
Nos preocupa mucho que no se les proporcione equipos de protección personal de la misma calidad que antes. Todo trabajador debe tener derecho a un ambiente de trabajo seguro y saludable. Negarse a trabajar en condiciones inseguras es un derecho fundamental. Sin embargo, dadas las circunstancias, estos trabajadores se ven obligados a hacer muchas cosas sin consentimiento. Esta es la realidad que debe ser expuesta y que debemos cambiar”.
¿Cómo han cambiado las leyes laborales en Ucrania y cómo afectarán estos cambios a los trabajadores?
“Inmediatamente después del inicio de la guerra, en marzo de 2022, el Parlamento ucraniano aprobó la Ley sobre la Organización de las Relaciones Laborales bajo la Ley Marcial. Esto ha restringido enormemente los derechos individuales y colectivos de los trabajadores.
Además, en 2022, el Parlamento promulgó una serie de leyes que resultaron en un retroceso enorme en cuanto a los derechos laborales, lo que de hecho constituye una amenaza para las relaciones laborales fundamentales y, en términos más amplios, para el diálogo social, que es tan necesario en el país en este momento tan difícil.
Esta serie de leyes se enmarca en la llamada reforma para la liberalización del trabajo y la desregulación de las relaciones laborales en Ucrania. Es lamentable que, en lugar de mejorar el Código Laboral actual, los gobernantes ucranianos cambien las leyes laborales, y eliminen casi todos los derechos conquistados por los trabajadores.
Como consecuencia de estas medidas, los trabajadores se ven desprotegidos. Estamos presenciando la versión ucraniana de una carrera hacia el abismo para los trabajadores, en línea con las prescripciones de las instituciones financieras internacionales. Pero es el camino equivocado”.
¿Por qué es importante prestar especial atención a las violaciones de los derechos laborales durante una guerra?
“Es importante porque es la razón de ser de nuestro movimiento. En cualquier circunstancia, la defensa de los derechos laborales es nuestra principal responsabilidad.
Además, porque en una guerra, las voces de los trabajadores, particularmente en las zonas ocupadas, no son escuchadas. Nosotros, los sindicatos internacionales, tenemos que ser la voz de los que no la tienen. Los organismos intergubernamentales deben conocer la realidad de los trabajadores para poder tomar las medidas necesarias. Es por eso que emitimos informes sectoriales con la OIT, por ejemplo.
Por último, es importante porque lo que se ha hecho y se está haciendo debe tenerse presente a la hora de rendir cuentas y asignar responsabilidades. La comunidad internacional no puede permitir que nadie se salga con la suya. En el mundo del trabajo, es nuestra responsabilidad que la verdad salga a la luz”.