10 noviembre, 2022Inspirados por la capacitación facilitada por IndustriALL Global Union sobre el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo para eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, los trabajadores de la industria textil y de la confección de Madagascar están ideando formas de combatir el acoso y la violencia basada en género (VBG) en sus fábricas.
Los trabajadores de Marine et Moi, por ejemplo, formaron un comité para luchar contra el acoso y la VBG en su fábrica de Antananarivo. Del 7 al 8 de noviembre, se celebró un taller de capacitación al que asistieron 30 personas, 22 mujeres y ocho hombres, provenientes de los sindicatos SEKRIMA, SEMPIZOF y SVS, afiliados a IndustriALL. Este encuentro versó sobre el acoso sexual y la manera de reducir los factores de riesgo. Durante el taller, los trabajadores informaron que su comité se había reunido para definir un plan de acción. Esta capacitación se organizó luego de un taller sobre acoso y VBG celebrado en julio.
Los participantes afirmaron que estaban dialogando con sus comités de empresa sobre el acoso y la VBG, así como llevando a cabo campañas de sensibilización para generar conciencia entre los trabajadores con respecto a los derechos fundamentales en el trabajo. El acoso y la VBG también están contemplados en las actividades de afiliación y organización de los sindicatos. Los trabajadores identificaron el diálogo social como otra plataforma útil, tanto para la campaña como para la ratificación del Convenio 190 de parte de Madagascar. A su vez, afirmaron que las campañas deberían incluir los derechos laborales a la protección de la maternidad, la salud y seguridad en el trabajo y la protección social.
Los trabajadores identificaron la discriminación de género como un factor de estrés para las empleadas de las fábricas y se comprometieron a combatirla a través de sus actividades y campañas sindicales. También dijeron que los salarios decentes son clave para hacer frente al acoso y la VBG, ya que la remuneración baja y las condiciones de trabajo precarias aumentan la vulnerabilidad de las mujeres.
En los numerosos testimonios que se compartieron en el taller, los participantes afirmaron que el acoso y la VBG han adoptado diversas formas, desde la exigencia de relaciones sexuales hasta la extorsión. El abuso también puede ser económico, especialmente cuando se trata de los sobornos que las mujeres deben pagar para conservar sus empleos, lo que las priva del salario que ganan con tanto esfuerzo. En algunos casos, tuvieron que pagar sobornos mensuales de hasta el 20 % de sus salarios.
En las fábricas, algunas trabajadoras afirmaron compartir el baño con hombres, lo que atenta en contra de su privacidad. Además, algunos vestuarios utilizados por trabajadores y trabajadoras se encuentran en espacios abiertos junto a las oficinas y están totalmente expuestos. En algunas ocasiones, los supervisores impiden que las trabajadoras vayan al baño al gritarles, a través del sistema de megafonía de la fábrica, que deben regresar a su puesto de trabajo.
Las prácticas culturales nocivas que discriminan a las mujeres, la violencia doméstica y un sistema de justicia que da penas insuficientes a los agresores son factores que han aumentado el riesgo de sufrir acoso y VBG.
Hubo discusiones más profundas sobre qué es el acoso sexual y sus diferentes modalidades en el mundo del trabajo. Durante estos debates se abordaron las prácticas sociales que dan privilegios a los hombres y oprimen a las mujeres.
Holitiana Randrianarimanana, experta en género y facilitadora del taller, expresó:
“Es importante que los sindicatos trabajen con organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil para poner fin al acoso y la VBG en Madagascar”.
Remi Botoudi, presidente del consejo nacional de afiliados de IndustriALL en Madagascar, declaró:
“Los sindicatos deben continuar haciendo campaña a favor de un diálogo social en materia de acoso y VBG y educando a los miembros sobre el tema”.
Armelle Seby, directora de género de IndustriALL, señaló:
“Como sindicatos, debemos romper el ciclo del acoso y la VBG, ya que forman parte de un fenómeno causado por la desigualdad de las relaciones de poder entre hombres y mujeres. La desigualdad entre los géneros se ve agravada por el patriarcado, la discriminación y las normas sociales y culturales nocivas. Debemos hacer frente a estas causas fundamentales, gestionar los riesgos y poner fin a los abusos de poder. Además, debemos encontrar formas de lidiar con las represalias que las mujeres enfrentan cuando se resisten al acoso y la VBG, incluidos los despidos y otras formas de acoso”.
Foto: OIT, fábrica de prendas de vestir en Antananarivo