3 agosto, 2012La reciente decisión de la empresa minorista estadounidense J Crew de dejar de hacer pedidos al proveedor de Sri Lanka Mirrai PVT Ltd. después de que el fabricante se negara a corregir graves violaciones transmite a la industria el mensaje de que los códigos de conducta pueden ser algo más que tigres de papel.
La IndustriALL Global Union ha escrito a la Federación de Empleadores de Ceilán criticando su instintiva reacción de culpar al sindicato de la pérdida de pedidos e instando a la industria a abordar, en cambio, las verdaderas cuestiones, a fin de crear una industria de exportación viable y sostenible.
“En una carta dirigida a su proveedor, el minorista ha dejado totalmente claro que la razón de abandonar la factoría no son las alegaciones del sindicato, ni siquiera la existencia de violaciones, sino mas bien la negativa de Mirrai a ponerse de acuerdo con J Crew para poner remedio a esas violaciones”, dice Jyrki Raina, secretario general de la IndustriALL Global Union en su carta.
A finales del año pasado, cuando Mirrai tomó enérgicas medidas sobre los trabajadores que trataban de organizarse, FTZGSEU, afiliado a la IndustriALL, trató de resolver el problema mediante el diálogo. Al negarse la compañía incluso a reunirse, el sindicato recabó la intervención de las autoridades laborales, pero aun así no hubo progresos. Por lo tanto, el sindicato dio el siguiente paso lógico y pidió al comprador, J Crew, que interviniera para que se respetara du código de conducta.
J Crew investigó y confirmó las alegaciones, y también algo que ya sospechaba: que Mirrai no disponía de los sistemas de gestión necesarios que se esperan de una compañía que opera en mercados mundiales.
“Esto no fue una gran sorpresa para nosotros,” dice Raina. “El análisis muestra que el desprecio por las condiciones de trabajo y las relaciones laborales son normalmente un síntoma de una débil gestión incapaz de explotar el pleno potencial de una compañía. Por otra parte, el trabajo decente va unido habitualmente a los buenos resultados.”
Durante varios meses, J Crew solicitó la cooperación de la compañía a fin de aplicar un plan de acción para poner remedio a las violaciones y deficiencias que se habían detectado. Sin embargo, cuando la compañía indicó mediante acciones y por escrito que no tenía la intención de hacer las mejoras necesarias, el minorista no tuvo otra opción que cesar la futura producción en la factoría.
J Crew ha señalado que hará todos los esfuerzos razonables para salir de Mirrai de una manera responsable y ética que reduzca al mínimo los trastornos para los trabajadores.
“En vez de culpar al sindicato de la pérdida de pedidos, la Federación de Empleadores de Ceilán haría mejor en alentar a Mirrai a que introduzca mejoras para tratar de proteger sus actividades y los puestos de trabajo de las personas que emplea”, concluye Raina.