23 mayo, 2017Amin Yeleusinov, Presidente del Sindicato de la “Oil Construction Company”, fue condenado el 16 de mayo a dos años de prisión en Kazajstán. El dirigente sindical negó todas las acusaciones en su contra por ser injustas.
La mencionada sentencia es la más reciente de una larga lista de violaciones de los derechos sindicales cometidas por las autoridades de Kazajstán, a consecuencia de lo cual IndustriALL Global Union y la Confederación Sindical Internacional (CSI) presentaron una queja conjunta al Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo.
Amin Yeleusinov es uno de los dirigentes de la disuelta Confederación de Sindicatos Independientes de la República de Kazajstán (KNPRK), afiliada a la CSI.
Antes del juicio, las autoridades presionaron fuertemente a Amin Yeleusinov, para obligarle a confesar acusaciones de malversación de fondos sindicales. Según Yeleusinov, durante todo un mes de investigaciones previas al juicio, fue puesto en cuarentena. En condiciones de cuarentena los prisioneros permanecieron en una celda muy húmeda. Desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche no se les permitió ni descansar ni sentarse en las camas. Sólo les permitían sentarse en un taburete sin respaldo. Debido a las malas condiciones de detención, Yeleusinov desarrolló una condición cardíaca y problemas en las articulaciones.
Por último, Yeleusinov fue chantajeado para conseguir que emitiera una confesión falsa, que fue redactada por el personal de la cárcel y grabada en vídeo sin la presencia de su abogado. Luego retractó esta confesión.
Además de dos años de prisión, Yeleusinov tiene que pagar más de KZT 8 millones (US$ 26.000) en compensación financiera por el daño causado a la empresa. Le decomisaron parte de sus bienes y fondos. Le prohíben realizar actividades sindicales o públicas por cinco años.
Anteriormente, el 7 de abril, Nurbek Kushakbayev fue condenado a dos años y medio de prisión y multado 25 millones de KZT (US$ 80.000) por haber convocado una huelga ilegal.
En enero, casi 300 trabajadores del servicio petrolero iniciaron una huelga pacífica de hambre para protestar contra la disolución de su central sindical nacional. Muchos de los trabajadores/as fueron detenidos y les obligaron a pagar multas y compensación a la Oil Construction Company en cantidades que sobrepasaban el salario mensual promedio de esa localidad.
Los juicios contra estos dos dirigentes sindicales se llevaron a cabo con graves violaciones. Tras su detención, los dos dirigentes fueron trasladados de Aktau a Astana a pesar de que, de acuerdo con la legislación local, el juicio debió realizarse en el lugar donde se había cometido el presunto delito. La policía no informó a familiares ni abogados sobre las detenciones. A los periodistas no se les permitió asistir al juicio.
Además, en la acusación contra Kushakbayev figuró información desclasificada del Comité de Seguridad Nacional en la región de Mangystau y de la Oficina para Combatir el Crimen Organizado. Este material demuestra que los teléfonos del sindicato y sus dirigentes han sido intervenidos desde el 9 de octubre de 2015.
La Confederación Sindical Internacional, con el pleno apoyo de IndustriALL, presentó una queja ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT en nombre de su afiliado KNPRK. Según la ley kazaja, constituye un delito actuar en nombre de una organización sindical no registrada. Por lo tanto, los miembros de la Confederación disuelta no pueden presentar su denuncia ellos mismos.
Por su parte, Kemal Özkan, Secretario General Adjunto de IndustriALL, señaló:
“IndustriALL Global Union apoya plenamente la queja de la CSI. La constante represión de los derechos sindicales en Kazajstán es vergonzosa e inadmisible. Manifestamos nuestra solidaridad con los sindicatos miembros de KNPRK y sus dirigentes y prestaremos nuestro apoyo a todos los trabajadores y trabajadoras y dirigentes que luchan por los derechos sindicales en Kazajstán”.