3 septiembre, 2021Cuando los trabajadores de Salcomp Turkey, socio comercial de uno de los principales productores de teléfonos inteligentes del mundo, Xiaomi, ejercieron su derecho fundamental a afiliarse a un sindicato, tuvieron que enfrentar amenazas, intimidación y despidos.
Salcomp produce teléfonos inteligentes para la empresa china Xiaomi, la segunda fabricante de teléfonos inteligentes más grande del mundo. En 2019, Salcomp fue adquirida por Lingyi ITech, de origen chino, pero tiene su sede en Finlandia y una planta de producción en Turquía. La planta en Estambul posee alrededor de 800 trabajadores y se prevé aumentar el personal a 2000.
Las condiciones de trabajo en la planta de Salcomp Turkey en Estambul son insostenibles. Durante la pandemia, el personal se vio obligado a trabajar once horas al día, aunque sus contratos estipulan ocho horas. Estas horas extra se impusieron sin el consentimiento de los trabajadores y solo se pagaron de forma parcial. Los descansos solo se podían tomar a discreción de los directores y, al no contar con un comedor, durante un tiempo los trabajadores tuvieron que comer en contenedores. Muchos empleados se contagiaron de coronavirus.
Cuando una gran parte del personal decidió unirse al Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Turquía (Türk Metal), afiliado a IndustriALL, la dirección de Salcomp lanzó una campaña de represión sindical. Los trabajadores fueron intimidados, amenazados y nueve sindicalistas fueron despedidos, supuestamente por una disminución en el desempeño.
Sin embargo, está claro para los trabajadores y el sindicato que el objetivo de los despidos fue disuadir a otras personas de unirse a Türk Metal.
La dirección de Salcomp convocó a los trabajadores para decirles que “los miembros del sindicato tienen que renunciar a su afiliación a Türk Metal” y que “la empresa hará las mejoras necesarias en sus salarios y condiciones laborales”.
La dirección rodeó la fábrica con malla de alambre para evitar manifestaciones. A su vez, los empleados tienen prohibido usar sus teléfonos móviles, lo que impide su comunicación con otros trabajadores.
Aunque la constitución turca establece que “los trabajadores tienen derecho a formar y afiliarse a un sindicato de su elección, y nadie debería ser obligado a cancelar su afiliación”, la realidad es muy diferente.
A principios de este año, la dirección de la empresa propuso proporcionar habitaciones para que los empleados durmieran, con el fin de ahorrar tiempo en el transporte. En Turquía, tener dormitorios en el lugar de trabajo es un concepto ampliamente conocido para los trabajadores.
El secretario general adjunto de IndustriALL, Kemal Özkan, afirmó:
“Es totalmente inaceptable tratar así a los trabajadores en el siglo XXI, con salarios bajos, malas condiciones de trabajo y represión sindical. Instamos a Salcomp a reintegrar de inmediato a los miembros del sindicato despedidos y entablar negociaciones de buena fe con Türk Metal, y exhortamos a Xiaomi a asumir sus responsabilidades y poner fin a la explotación”.
“Las empresas chinas deben aprender a tratar a los trabajadores con dignidad”.
Xiaomi es una empresa multinacional de electrónica fundada en abril de 2010 y con sede en Beijing. Fabrica una amplia gama de productos electrónicos, como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, electrodomésticos y productos electrónicos de consumo.