4 diciembre, 2014Continúa el procedimiento de fusión de las dos gigantescas empresas cementeras Holcim y Lafarge, pero los trabajadores están lanzando una campaña mundial para exigir que se respeten los derechos de los trabajadores.
La decisión fue tomada por 75 dirigentes sindicales de 22 países, en representación de los trabajadores de Lafarge y Holcim en una reunión celebrada los días 25 y 26 de noviembre en Houffalize (Bélgica). Fue organizada por CSC Bâtiment – Industrie & Énergie (CSC BIE) de Bélgica, la Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y de la Madera (FETCM), la Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y de la Madera (FITCM) y la IndustriALL Global Union.
En la reunión, la IndustriALL y la FITCM se comprometieron a trabajar juntas con los afiliados en la campaña para apoyar las demandas de los trabajadores.
El resultado de la fusión sería una empresa con 130.000 trabajadores y una facturación de 35.000 millones €, la mayor cementera del mundo. Ambas compañías desean reducir los costos y reorganizar su trabajo mediante la fusión, que piensan completar en el primer semestre de 2015.
Los sindicatos tienen poca fe en que esta fusión se deba a una política industrial bien razonada, sino más bien a la avidez empresarial, que persigue únicamente la obtención de grandes beneficios a cualquier precio, con dramáticos efectos para los derechos de los trabajadores y las condiciones laborales.
Los trabajadores y sus sindicatos en Holcim y Lafarge hablaron alto y claro: exigen derechos de los trabajadores, respeto y el reconocimiento como interlocutor social durante el proceso de fusión y después. La IndustriALL apoya plenamente las demandas de los trabajadores,
dijo Kemal Özkan, secretario general adjunto de la IndustriALL Global Union.
Se trata de una fusión mundial por los accionistas para los accionistas,
declaró Ambet Yuson, secretario general de la FITCM.
Los derechos y los intereses de los trabajadores, a quienes se deben los beneficios de los accionistas, se han omitido en las numerosas reuniones en que se han discutido las consecuencias de las dos gigantescas cementeras. Es importante que los sindicatos que representamos a los trabajadores en la industria del cemento nos movilicemos para elaborar una estrategia concreta y coordinada que centre la fusión en los problemas de los trabajadores.
Como principal protagonista en el mercado después de la fusión, Lafarge y Holcim tienen que servir de buen ejemplo para los demás. Y eso sólo es posible si reconocen y consultan a los trabajadores como interlocutores en condiciones de igualdad, al mismo tiempo que proporcionan verdadera información sobre la futura estructura de la empresa y sus principales actividades.
Otras demandas son buenas condiciones de trabajo y salarios decentes, y el cumplimiento del principio de “igual remuneración por igual trabajo” del personal permanente y del subcontratado. La externalización, ampliamente utilizada por ambas empresas, y en particular por Holcim, que ha dado lugar a trabajos precarios e inseguros, tiene que restringirse.
Los sindicatos insisten en una solución social justa para los trabajadores de las empresas durante la fusión y después. La futura compañía no sólo tiene que asumir el acuerdo marco global existente con Lafarge, sino que también debe ajustarlo a la nueva situación. Se debe crear urgentemente un comité de empresa mundial con órganos consultivos regionales para cada continente, con el fin de establecer un buen diálogo social.
En la conferencia, Pierre Cuppens (CSC BIE, vicepresidente de la FITCM) fue muy claro:
Prometemos seguir muy de cerca este proceso de fusión; no abandonaremos a los trabajadores. El precio de la oferta no es el único elemento importante; tiene que haber seguridad en el empleo y se tienen que respetar los convenios colectivos del trabajo existentes.