23 enero, 2013En una protesta histórica contra la violencia sexual de la mujer, centenares de miles de mujeres y hombres airados se reunieron espontáneamente en las calles de la India, tras la brutal violación y asesinato colectivos de una estudiante de 23 años en Delhi.
La brutal violación colectiva de una joven estudiante de medicina en un autobús en marcha en Delhi el 16 de diciembre de 2012 y su final fallecimiento el 28 de diciembre, desencadenaron la indignación en la India. En el poco tiempo que vivió después del horrible ataque, dijo al mundo el sufrimiento que había padecido. En una muestra de irritación sin precedentes, aparecieron en todo el país enormes manifestaciones espontáneas. Los manifestantes pidieron que las autoridades encargadas de aplicar la ley detuvieran inmediatamente y castigaran a los autores del abyecto crimen, y reivindicaron mejor vigilancia y castigos más severos para los violadores en general.
El crimen puso de manifiesto la displicente actitud de la clase política india, las autoridades encargadas de aplicar la ley y el sistema judicial en las cuestiones de delitos sexuales contra la mujer y el mal profundamente arraigado de la sociedad patriarcal del país. Según la Oficina Nacional de Registros de Delitos (NCRB) de la India, entre 2009 y 2011 perdieron la vida en acosos relacionados con la dote 25.392 mujeres, y 282.722 mujeres fueron sometidas a tratos crueles por su marido o por familiares. En la India hay 95.065 juicios pendientes por violación. Debido a las deficiencias en el sistema de investigación penal, cerca del 75 por ciento de los acusados en casos de violación no son condenados.
La irritación de los jóvenes en la calles de Delhi significó la alarmante proporción de delitos sexuales y llamó inmediatamente la atención del Gobierno para reformar el sistema que trata de la violencia contra las mujeres. Reaccionando a las protestas, el Gobierno de la India constituyó un comité de juristas de tres miembros encabezado por el presidente del Tribunal Supremo de la India, J.S. Verma, para proponer enmiendas a la ley penal para tratar severamente los casos de ataque sexual. Los acusados en este caso, uno de ellos menor de edad, serán juzgados ahora por el procedimiento de vía rápida de la India.
El tratamiento del acoso en el lugar de trabajo es también un importante problema que requiere atención inmediata, pues un gran número de mujeres de la India se están incorporando a la fuerza de trabajo. Tras una gran demora, el Gobierno de la India promulgó el 3 de septiembre de 2012 el proyecto de Ley sobre el acoso sexual de las mujeres en el lugar de trabajo (prevención, prohibición y reparación) que se presentó en 2010 en la LokSabha. Sin embargo, todavía ha de ser aprobado por la RajyaSabha (Cámara Alta).
La finalidad del proyecto de Ley es proteger a las mujeres contra el acoso sexual en todos los lugares de trabajo, incluidos los sindicados y los no sindicados, en los sectores público y privado. Prevé la prevención y la reparación en las quejas de acoso sexual. Se trata de que la legislación abarque a las mujeres empleadas, así como a las que entren en el lugar de trabajo como clientes o aprendices, además de las estudiantes y de las alumnas de investigación en instituciones de enseñanza superior y universidades.
Hasta ahora, las directivas contenidas en el fallo del Tribunal Supremo de 1997, en el caso de Vishaka y otros contra el Estado de Rajasthán (AIR 1997 SC 3011) constituyen un primer e importante paso en la India para abordar el acoso sexual en el lugar de trabajo. No obstante, la experiencia muestra que en un gran número de lugares de trabajo las mujeres no saben siquiera de la existencia de tal mecanismo de reparación, ni tampoco los directores a nivel del taller. Esto concierne igualmente a los funcionarios de la administración del trabajo que tampoco saben cómo utilizar las directivas para encarar el acoso sexual en los lugares de trabajo.
Los sindicatos y activistas de la sociedad civil solicitaron sinceros esfuerzos del Gobierno para tratar la violencia contra las mujeres mediante el endurecimiento de la legislación, una rápida investigación de los delitos sexuales y, lo que es más importante, un aumento del personal de policía femenino y la sensibilización de las autoridades encargadas de aplicar la ley. Los empleadores también deben tomar verdaderas medidas para abordar el acoso sexual, que es una de las muchas cuestiones discriminatorias que afrontan las mujeres en los lugares de trabajo.
La situación se da también en el mundo entero. La persistente discriminación constituye la causa principal de la violencia contra las mujeres. Hay que acabar con esta cultura de la discriminación. Según un informe de las Naciones Unidas, hasta el 70 por ciento de las mujeres son objeto de violencia durante su vida. Los datos del Banco Mundial ponen de manifiesto que las mujeres de 15 a 44 años corren más riesgo de violación y violencia doméstica que de cáncer, accidentes de automóvil, guerra y malaria. También es un hecho debidamente documentado que las fuerzas armadas hacen uso conscientemente en algunos conflictos de la violencia sexual contra las mujeres para humillar a sus adversarios.
Los gobiernos mundiales deben tratar de crear voluntad política, sensibilizar al público, promulgar y aplicar legislación apropiada y dedicar más recursos a afrontar la violencia contra las mujeres y las muchachas.