1 noviembre, 2012Con los cambios propuestos en la legislación laboral de México se sigue pretendiendo legalizar el abuso masivo de los trabajadores en el país; sin embargo, el debate en el parlamento es ahora más lento, y los sindicatos mexicanos se comprometieron ayer a combatir juntos la reforma.
Más de una docena de sindicatos y otros grupos sociales apartaron sus diferencias ayer, 31 de octubre, en la Explanada del Monumento a la Revolución en Ciudad de México, en una convención unificada contra los cambios propuestos en la ley laboral neoliberal. Un gran número de representantes de los trabajadores de todos los sectores industriales convinieron en un Plan de Acción conjunto que comprende manifestaciones, actuaciones judiciales y una posible huelga general.
Se temía que los cambios en la legislación se introdujeran en la ley por la vía rápida, pero debido las diferencias políticas entre los dos grandes partidos políticos, el PRI y el PAN, se tratarán de forma más normalizada, pasando primero al Comité de Trabajo y Bienestar Social parlamentario. El PAN y senadores del PRD y del PT insistieron en incorporar disposiciones sobre asociación sindical y transparencia en las elecciones, mientras que el PRI, que predomina en la cámara baja, se niega a aceptar esas disposiciones a causa de los estrechos vínculos del partido con sindicatos de protección amarillos de México.
Sin embargo, el PRI y el PAN están totalmente de acuerdo con la mayoría de las reformas, que reducirán drásticamente los derechos de los trabajadores y de los sindicatos, aumentando la flexibilidad de los empleadores nacionales y extranjeros para abusar de los trabajadores en aras de los beneficios.
Las principales enmiendas de la ley laboral ya aceptadas serán: el fin de la seguridad en el empleo; los trabajadores pueden ser despedidos por correo electrónico sin notificación previa y sin costos para el empleador; establecimiento de contratos de prueba temporales sin tener en cuenta la antigüedad del empleado; legalización de la tercerización , de manera que los empleados puedan eludir toda responsabilidad directa de la empresa y de la industria; seguir permitiendo que los empleadores fijen sueldos sin consulta con el sindicato; facilitar el establecimiento de sindicatos de protección amarillos para poner fin a la negociación colectiva; limitar a un año el pago de sueldo en caso de despido injusto, alentando al mismo tiempo a los tribunales de trabajo corruptos a mantener las tácticas de demora para tratar las demandas de los trabajadores.
La petición en línea de la IndustriALL de actuar enviando mensajes a los cinco senadores mexicanos clave recibió una buena respuesta, pero ha quedado anticuada con el paso subsiguiente de la legislación del Senado a la cámara baja del parlamento, la Cámara de Diputados.
Con la introducción de las reformas actuales que se están discutiendo se legalizarían muchos procedimientos ilegales de que se han beneficiado la mayoría de los pseudosindicatos durante años, y a los verdaderos sindicatos les resultaría mucho más difícil defender los derechos de los trabajadores en México.
Véase aquí un reciente ejemplo del brutal trato de sindicalistas en México, con la complicidad de la compañía y de las autoridades.
Véase anexo a este artículo el Plan de Acción aprobado por la convención sindical, el 31 de octubre. Véase también el informe adjunto sobre las reformas de la ley laboral del SUTEIVP, el sindicato de trabajadores del vidrio afiliado a la IndustriALL.