27 mayo, 2021Enfrentar la inequidad de género y promover una agenda transformadora para las mujeres en la industria minera fueron algunos de los temas discutidos en la primera reunión de la red mundial de mujeres en la minería de IndustriALL, que congregó a 100 participantes, principalmente mujeres mineras, de 16 países.
Los participantes de la reunión coincidieron en que el abuso hacia las mujeres que trabajan en las minas es promovido por una cultura de masculinidad tóxica. La violencia de género, tanto física como verbal, es habitual.
Las mujeres sufren sexismo y acoso sexual a diario. En Canadá, el 40 % de las trabajadoras de las minas encuestadas han padecido conductas indebidas, como comentarios sexistas o manoseos no apropiados. En Sudáfrica, se ha violado y asesinado a las mujeres en las minas. Aunque algunas empresas mineras han desarrollado políticas, estas suelen tomar pocas medidas para proteger a las trabajadoras, e incluso algunas están haciendo la vista gorda ante los casos reportados.
Lucineide Varjão Soares, copresidenta regional de IndustriALL, copresidenta del sector minero y presidenta de la CNQ/CUT, de Brasil, declaró:
“La participación femenina en la minería no es solo un problema de las mujeres, sino también un problema sindical. Los sindicatos deben representar y apoyar a las mineras. Sus voces deben ser escuchadas y celebradas. Sobre todo, debemos promover la solidaridad hacia las mujeres mineras para hacer frente a los desafíos del futuro”.
La perpetuación de los estereotipos y la discriminación de género, la brecha salarial, la limitada protección de la maternidad, las condiciones de trabajo precarias e inseguras, los despidos injustos y la falta de equipo de protección personal adecuado son todos obstáculos para el progreso de las mujeres.
Las leyes y las regulaciones actuales son barreras importantes contra el empleo femenino en las minas. El Convenio 45 de la OIT aprobado en 1935, que prohíbe la participación de mujeres en sitios de explotación minera, si bien es anticuado y discriminatorio, aún está en vigor en 68 países. Camila Meireles, de la OIT, afirmó a los participantes que la organización está desarrollando un nuevo enfoque al proteger a las trabajadoras bajo el C176.
Los participantes destacaron la importancia de que se implementen leyes en materia de equidad de género a nivel nacional y de que los países ratifiquen el C190 y el C176 de la OIT.
“Exigimos que el comité de salud y seguridad se involucre en las minas con empleadas mujeres para promover la equidad laboral. Queremos acabar con los comentarios sexistas, los manoseos y las cámaras ocultas en los baños femeninos. El hostigamiento y el acoso hacia las mujeres indígenas, que sufren más acoso que otras, debe terminar”,
declaró Deb Veit, de UNIFOR, Canadá.
Los participantes coincidieron en que se necesitan más espacios abiertos para las discusiones en materia de inequidad de género en la industria minera. Se instó a los sindicatos a desempeñar un papel activo para incentivar la rendición de cuentas por parte de las empresas de este sector. Generalmente, las empresas mineras se han centrado en el desequilibrio de género a expensas de otras problemáticas.
Las necesidades de salud de las trabajadoras son un ejemplo de ello: siguen haciendo falta salas de lactancia y cuartos de baño en los lugares de trabajo.
“Como órgano de control, el sindicato tiene el deber de poner punto final a la discriminación de género. Hemos luchado por la protección de la maternidad en los convenios colectivos y hemos hecho campañas a favor de la equidad de género”,
expresó Lydia Nkopane, del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros de Sudáfrica.
Las recomendaciones propuestas en la reunión incluyen identificar y desarrollar sindicatos más inclusivos y diversos, con una mayor representación y participación activa de las mujeres, promover la equidad de género en la negociación colectiva y el diálogo social, y atraer más mujeres a la industria minera a partir de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Las mujeres también se beneficiarán, al igual que los hombres, de las nuevas tecnologías y la Industria 4.0. Los hombres también deben recibir capacitación sobre equidad de género y formar parte de las campañas. Asimismo, debe promoverse la igualdad de género en la minería artesanal y de pequeña escala.
Hidanora Pérez, de Sintracarbón, Colombia, declaró:
“Para compartir espacios de poder en los lugares de trabajo y los sindicatos, necesitamos más mujeres en los cargos directivos. Precisamos ser representadas por mujeres que entiendan las problemáticas, así como la capacitación necesaria para hacer frente a la falta de participación femenina”.
En la reunión se recomendó dialogar con las corporaciones multinacionales en materia de equidad de género e incluir cláusulas en los acuerdos existentes. La integración de una perspectiva de género en la debida diligencia en materia de derechos humanos en toda la cadena de suministro, así como las campañas para promover la influencia de los inversores, se identificaron como esenciales.
“La equidad de género es una cuestión de desarrollo. Debemos definir puestos para las mujeres a través de sistemas de cuotas y capacitar a los dirigentes sindicales en la integración de la perspectiva de género”,
afirmó Vida Brewu, del Sindicato de Trabajadores Mineros de Ghana.
Glen Mpufane, el director de minería de IndustriALL, declaró:
“Es importante promover la equidad de género para poner fin a la marginación y la discriminación de las mujeres. Debe integrarse la debida diligencia con perspectiva de género en la minería sostenible, tal como se refleja en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y otros documentos de la ONU”.