21 abril, 2022El día de hoy, IndustriALL publica el primer capítulo de su investigación sobre el acoso y la violencia basada en género (VBG), con un resumen de los resultados en el sector minero. La investigación indica que contar con mujeres en posiciones de liderazgo es crucial.
La investigación en el sector minero se basa en entrevistas individuales y grupales con 21 mujeres y dos dirigentes varones de sindicatos afiliados a IndustriALL en Sudáfrica (NUM y NUMSA), Colombia (Sintracarbón) y Canadá (Unifor y USW).
La investigación señala que el acoso y la violencia sexual están generalizados en el sector minero. Las mujeres hablaron de la lejanía y el relativo aislamiento de los yacimientos mineros, lo que las hace más vulnerables a la violencia. El acoso y las agresiones sexuales siguen siendo motivo de gran preocupación para las trabajadoras.
También se hace caso omiso de las mujeres en materia de ascensos, y sus habilidades están infravaloradas, al tiempo que reciben menores ingresos en comparación con los hombres. Además, las mujeres y los hombres trabajan y viven en las mismas comunidades, lo que dificulta la presentación de denuncias contra un compañero de trabajo o un supervisor.
La baja representación de las mujeres en los empleos mineros hace que se encuentren en una situación particularmente vulnerable al acoso y la agresión sexual. Además, la falta de políticas para hacer frente a las desigualdades entre géneros (o el hecho de que no se apliquen) apoya la cultura masculinizada del lugar de trabajo, que también se refleja en las estructuras y el liderazgo de los sindicatos.
“[Los colegas y compañeros del sindicato] cuestionan tu dignidad, te atacan por carecer de valores familiares y tratan de socavar tu credibilidad y reputación”,
declaró Hidanora Pérez de Sintracarbón.
Un mensaje constante en las entrevistas es la importancia de que las mujeres tengan roles de liderazgo en los sindicatos. Los dirigentes sindicales también destacaron la importancia crítica de que las mujeres tengan responsabilidades en la negociación colectiva, ya que es en ese ámbito donde pueden tener influencia para concretar cambios.
“Las mujeres deben ser parte de las negociaciones. Dado que los presidentes de las secciones sindicales siempre son hombres, debemos asegurarnos de que sean las mujeres las que estén en las instancias de discusión sobre maternidad y violencia de género, de lo contrario nunca se plantearán estos temas”,
expresó Mathapelo Khanye, secretaria nacional de la mujer en el NUM.
A pesar de algunos acontecimientos positivos, muchas trabajadoras no han vivido cambios reales ni en la práctica ni en el lugar de trabajo. Los mecanismos y políticas internos para abordar la VBG se consideran en gran medida ineficaces y existe una carencia generalizada de concientización sobre los mecanismos de denuncias e incluso sobre la existencia de políticas al respecto.
La violencia doméstica es una preocupación importante para las mujeres en la minería. Cada lugar de trabajo debe aspirar a tener una política sobre violencia doméstica, con licencia remunerada y otros tipos de apoyo para las sobrevivientes.
“Si alguien experimenta violencia doméstica y lo cuenta, debemos brindarle apoyo. ¿Cómo podemos lograr que las víctimas se animen a hablar sobre estos temas? Es horrible verlas pasar por todo ese sufrimiento y no poder ayudarlas si no están dispuestas a hablar... todavía nos queda mucho que hacer”,
declaró una representante sindical de Sudáfrica.
Entre las recomendaciones de las mujeres entrevistadas figuran las siguientes:
- el desarrollo de capacitaciones para crear conciencia sobre la VBG;
- la necesidad de que los hombres asuman una mayor responsabilidad para poner fin a la VBG;
- la necesidad de crear lugares de trabajo basados en el respeto y la igualdad;
- la integración efectiva de la VBG en la salud y la seguridad en el trabajo, y
- la implementación de herramientas para la evaluación de riesgos y el mapeo de seguridad para prevenir la VBG.
El director de IndustriALL para el sector minero, Glen Mpufane, indicó:
“Esta investigación representa un hito importante en la lucha contra el flagelo de la VBG. Además de la inestimable contribución al trabajo sobre la VBG, presenta una perspectiva conmovedora narrada por las propias mujeres que, además de ser vulnerables por su posición en la jerarquía corporativa, laboral y social, son marginadas, invisibilizadas e ignoradas.
La recomendación para la integración efectiva de la VBG en la salud y la seguridad en el trabajo proporciona una senda importante para hacer frente a este flagelo, dada la derogación pendiente del Convenio sobre el trabajo subterráneo (mujeres), 1935 (núm. 45), la intención de incorporar una perspectiva de género en la minería mediante el Convenio sobre seguridad y salud en las minas, 1995 (núm. 176) y la Recomendación sobre seguridad y salud en las minas, 1995 (núm. 183)”.
Foto: Sindicato de Mineros de Ghana