20 marzo, 2025“Durante años, las empresas han utilizado códigos de conducta voluntarios para dar una imagen ética mientras seguían explotando a los trabajadores. Las regulaciones anteriores carecían de un mecanismo para exigir su cumplimiento, lo que dejaba a los trabajadores sin una protección real. Si se aplican correctamente, las leyes sobre diligencia debida en materia de derechos humanos (DDDH) por fin podrían cambiar esto”, explicó Atle Høie, el secretario general de IndustriALL, al reflexionar sobre por qué las leyes vinculantes sobre DDDH, respaldadas por la participación de los sindicatos, son esenciales para lograr la responsabilidad empresarial, una competencia leal y el fortalecimiento de los derechos laborales en todo el mundo.
La legislación sobre DDDH es una innovación que se suma a los mecanismos que garantizan a los trabajadores la posibilidad de obtener justicia en sus lugares de trabajo. En los últimos cien años, las empresas han presentado sus valores en forma de códigos de conducta, decididos unilateralmente, con el objetivo de mostrar a los clientes que se preocupaban por sus trabajadores mientras seguían explotándolos. La mayoría de estos códigos de conducta ni siquiera mencionaban los derechos sindicales más fundamentales: la libertad sindical y la negociación colectiva.
Una vez que se hizo patente esta situación, la presión de la sociedad en general obligó a los Gobiernos y empresas a buscar formas más convincentes de demostrar respeto por los derechos fundamentales de los trabajadores. Así obtuvimos las directrices de la OCDE para empresas multinacionales, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU), las directrices de la OIT para empresas multinacionales y los principios rectores de la ONU.
Si bien estos instrumentos aumentaron el escrutinio sobre las formas de operar de las empresas, casi todos seguían siendo voluntarios. También resultaban difíciles y lentos de usar; había que tener recursos y contactos influyentes. Los sindicatos de los países en desarrollo que representan a los trabajadores explotados carecían de ambas cosas, a pesar de su afiliación a federaciones sindicales internacionales (FSI). Las propias FSI desarrollaron sus propias herramientas, como los acuerdos marco globales, que, a pesar de ser más eficaces, aún tenían un alcance limitado.
De las promesas vacías a una responsabilidad real
La DDDH puede ser un verdadero punto de inflexión. Estamos hablando de una legislación con la posibilidad de penalizar a las empresas que no cumplan las normas que dicen respetar.
Sin embargo, todavía queda un gran interrogante. Durante años, las empresas de auditoría han realizado controles superficiales sobre cómo se implementan los códigos de conducta, las obligaciones internacionales y el cumplimiento de las normas establecidas, algo que resulta engañoso. El mismo riesgo existe con la legislación sobre DDDH. Muchas leyes permiten este tipo de validación, pero si los sindicatos la aceptan, corremos el riesgo de acabar con otro instrumento ineficaz, que no será más fuerte que lo que ya existe.
Lo que hace que la DDDH sea un concepto revolucionario es su giro hacia la participación sindical activa. En lugar de auditorías tercerizadas y autorregulación, se buscará la validación genuina de quienes se ven directamente afectados por las infracciones en el lugar de trabajo. Al involucrar a los sindicatos tanto en el país de origen de la empresa como en los centros de producción, podemos obtener una visión más precisa y sin filtros de las condiciones reales, los riesgos existentes y las medidas necesarias para lograr una mejora real.
Para que la DDDH impulse un cambio real sobre el terreno, los sindicatos deben participar activamente. Sin embargo, muchos carecen de la educación, la experiencia y la confianza necesarias para desenvolverse eficazmente en este proceso. El Centro de Competencia en DDDH puede ayudar a subsanar esta carencia, lo que hace que su papel sea crucial. Pero no es suficiente. Como federación sindical internacional, debemos presionar a los sindicatos de los países de origen de las empresas para que asuman la responsabilidad por sus cadenas de suministro, al tiempo que convencemos a los afiliados de los países productores de que la DDDH puede suponer un punto de inflexión. Dadas las decepciones pasadas con otros instrumentos, debemos reconocer y respetar su escepticismo, al tiempo que demostramos por qué esta vez puede ser diferente.
Sin embargo, imaginemos que una empresa lleva a cabo su debida diligencia en una gran fábrica de un país productor con la plena participación del sindicato y los trabajadores locales. El resultado será una representación fiel de la realidad en esa fábrica, una verdad que la empresa no podrá ocultar. Sabemos que la mayoría de las fábricas tienen problemas que la empresa matriz puede que ni siquiera conozca. Con una legislación sólida, las empresas se verán obligadas a tomar medidas, lo que convertirá la responsabilidad en una obligación y no en una opción.
Si se implementa de manera eficaz, tengo la convicción de que la legislación sobre DDDH beneficiará a las grandes corporaciones europeas. Estas empresas se enfrentan a grandes expectativas en cuanto a su compromiso con los DD. HH., y muchas ya están invirtiendo en prácticas éticas, pero se ven perjudicadas por los competidores que ignoran estas responsabilidades sin sufrir consecuencias. La legislación vinculante creará una igualdad de condiciones y, por tanto, también aumentará la resiliencia en las cadenas de suministro, lo que las beneficiará en su totalidad.
La legislación sobre DDDH también mejorará la credibilidad de las iniciativas lideradas por federaciones sindicales internacionales. El Acuerdo sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Instalaciones de Sistemas contra Incendios, que comenzó en Bangladesh y se extendió a Pakistán, con la próxima incorporación de un tercer país, ofrece a las marcas adheridas una ventaja en el cumplimiento de sus obligaciones de DDDH. Del mismo modo, los mecanismos de quejas establecidos a través de nuestra cooperación con la Iniciativa ACT y varias marcas refuerzan la responsabilización. Este enfoque beneficia tanto a los trabajadores como a las empresas responsables, por lo que debemos promoverlo activamente entre más marcas.
Consolidar el poder sindical a través del Centro de Competencia en DDDH
El Centro de Competencia en DDDH será crucial para asesorar a los sindicatos sobre la nueva legislación, cómo puede utilizarse y cómo proteger los derechos de los trabajadores. Será clave en el desarrollo de materiales de formación y en la creación de capacidad en nuestros sindicatos. Asimismo, podría llegar a ser una herramienta importante para las empresas que quieran hacer lo correcto.
Es importante que el nuevo Gobierno alemán mantenga su compromiso y no dé marcha atrás en lo que podría considerarse la legislación más prometedora en este ámbito. Del mismo modo, la Unión Europea debe mantenerse firme en su ambición de aplicar la Directiva de diligencia debida. Por primera vez, la diligencia debida se está volviendo obligatoria, lo que ofrece una esperanza real a millones de trabajadores.
Haremos nuestra parte, el Centro de Competencia en DDDH hará la suya, y si los Gobiernos finalmente asumen sus responsabilidades, podremos hacer responsables a las empresas. Esto podría marcar el comienzo de una nueva era para los derechos sindicales.