18 enero, 2017En momentos en que Somalia sale de la violencia de una larga guerra civil, los sindicatos enfrentan el desafío de organizar el sector laboral en una sociedad donde el estado de derecho es frágil.
PERFIL
Central sindical nacional: Federación de Sindicatos de Somalia (FESTU). La FESTU está afiliada a la CSI
Pais: Somalia
Texto Walton Pantland
Omar Faruk Osman es Secretario General de la FESTU. Osman es también Secretario General del Sindicato Nacional de Periodistas de Somalia y miembro del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Periodistas.
En Somalia, el estado de derecho se fue al suelo al estallar la guerra civil en 1991. Sin embargo, el país se ha estabilizado en los últimos años, con la formación de un gobierno federal en 2012, pero el país sigue dominado por grupos armados y políticos que creen que están por encima de la ley. Al Shabaab, organización afiliada a Al Qaeda, y otros grupos jihadistas, realizan ataques terroristas en sus intentos de retomar el poder del gobierno.
Es sumamente difícil organizar sindicatos en un contexto en el que el estado de derecho es débil, con una grave crisis de seguridad. Los activistas sindicales operan en un ambiente peligroso y precario, y no pueden confiar en la ley para protegerlos. Las únicas vías que pueden usar para influir en la situación son la acción colectiva y la solidaridad internacional.
Osman señala lo siguiente:
“Aunque la constitución de Somalia ofrece garantías para el derecho de sindicación y de protesta, el gobierno aprovecha la situación de inseguridad para debilitar a los sindicatos y a la sociedad civil. Muchas veces se imponen restricciones a las reuniones sindicales, aduciendo preocupación por cuestiones de seguridad, y varias asambleas han sido interrumpidas violentamente por las fuerzas de seguridad. Si los trabajadores y trabajadoras de alguna empresa tratan de crear un sindicato, el empleador puede contratar milicias para intimidar o matar a los dirigentes sindicales”.
Como activista sindical desde hace mucho tiempo, Osman está acostumbrado al peligro. Somalia es el país más peligroso del mundo para ejercer como periodista: en el transcurso de los cuatro años que han pasado desde 2012, 38 periodistas han sido asesinados. Osman por poco sobrevivió un intento de asesinato hace un año atrás, durante un ataque terrorista a un hotel donde se realizaba una reunión sindical; además se han tirado bombas contra la oficina de la FESTU.
Los sindicatos operan en un ambiente de temor, y se dice que existe un escuadrón de la muerte que persigue a los dirigentes sindicales para matarlos. No hay comprobante definitivo de esto, sin embargo la violencia desenfrenada sirve muy bien de pantalla, creando un ambiente de miedo y paranoia que hace que la labor de organización sindical sea muy difícil.
Como Secretario General de la FESTU, Osman hace hincapié en la importancia de la solidaridad internacional:
"Dada la fragilidad del entorno, la presión internacional es de suma importancia. Nuestros políticos se preocupan más por su imagen ante los líderes mundiales que por la difícil situación de su pueblo.
"Es muy importante presionar políticamente a las instituciones internacionales, y a los diplomáticos internacionales, para que actúen en defensa de los derechos laborales internacionalmente reconocidos, incluyendo los derechos sindicales. Es de gran importancia hacerles pasar noches sin dormir para que se den cuenta de que están sufriendo los sindicatos y los trabajadores y trabajadoras".
A pesar de la situación de inseguridad, la economía de Somalia está funcionando bien, basada en gran medida en el comercio con el Golfo. Debido a la guerra civil, y al desmoronamiento del estado que se produjo posteriormente, los empresarios pudieron beneficiarse de industrias que anteriormente habían sido nacionalizadas.
Los inversionistas somalíes de la diáspora compraron infraestructura, y a partir de 2012 comenzaron a llegar las empresas multinacionales. Los sectores de energía y telecomunicaciones han crecido rápidamente a medida que las empresas forman consorcios. Somalia tiene valiosos recursos naturales sin explotar, incluyendo grandes reservas de uranio y gas natural. A medida que vuelva la paz al país, se cree que la economía va a crecer rápidamente.
Sin embargo, como está en juego la posibilidad de lograr grandes ganancias, se está intentando limitar el poder de los trabajadores. El gobierno ha creado una compañía de petróleo, y recientemente trató de formar su propio sindicato para evitar que intervengan los representantes legítimos.
IndustriALL ha estado trabajando junto a su afiliado Industri Energi de Noruega para apoyar y consolidar el desarrollo sindical en el sector del petróleo. Esto dio buenos resultados, y el Sindicato de Trabajadores del Petróleo y Gas de Somalia (SUPEGW) se afilió a IndustriALL en la reunión del comité ejecutivo realizado en Río de Janeiro en octubre de 2016.
El movimiento sindical se considera el protector de las necesidades del pueblo en contra de los especuladores:
"Las multinacionales quieren invertir en Somalia, y es motivo de mucha preocupación que puedan aprovechar la fragilidad de la situación en nuestro país", dice Osman.
"Nuestros sindicatos quieren participar desde el principio en cualquiera negociación con las multinacionales, para que podamos tener la seguridad de que cualquier cosa que suceda refleje los intereses de nuestro pueblo".
Sindicatos afiliados a IndustriALL:
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Electricidad de Somalia
Sindicato de Trabajadores de Sastrería y Textiles de Somalia
Sindicato de Trabajadores del Petróleo y Gas de Somalia