18 octubre, 2012Más de 2.000 miembros y simpatizantes del National Union of Mineworkers (Num) marcharon hasta la sede de Impala Platinum en Johannesburgo el sábado 13 de octubre de 2012, para protestar por el ataque al sindicato y la debilitación del sistema de negociación colectiva, que han sido el desencadenante de los actuales problemas laborales en el sector minero.
En enero de 2012, trabajadores de Impala Platinum declararon una huelga sin protección, para protestar por la decisión unilateral de la compañía de conceder a algunos trabajadores un aumento del 18 por ciento. Esto se hizo fuera de la estructura de negociación colectiva y sin la intervención del Num. La huelga de seis semanas se resolvió finalmente mediante la negociación con el Num de un aumento general del 18 por ciento.
Sin embargo, la acción en Impala Platinum dio lugar a que trabajadores de otras compañías hicieran demandas fuera del proceso de negociación colectiva y ejercieran presión sobre las compañías mineras para negociar al margen de las estructuras establecidas y reconocidas. Estos eran los problemas que habían provocado la huelga en Lonmin y la subsiguiente conflictividad laboral que ha costado la vida al menos a 70 personas hasta ahora.
En este caso hay dos fuerzas en juego, un sindicato rival que trata de lograr avances y el comportamiento oportunista de las compañías mineras, descrito por el portavoz del Num, Lesiba Seshoko, como “motivado por tácticas de divide y vencerás, para lograr que los trabajadores no tengan confianza en el sindicato”.
Estas dos fuerzas se deben a la violencia y la intimidación incontroladas en Impala Platinum. Según Seshoko, “Impala no ha hecho nada para acabar con la violencia; incluso ha permitido que los trabajadores vayan con pistolas y otras armas al trabajo. Nuestra oficina del Num en Impala fue cerrada violentamente en enero, y así sigue en el actual ambiente de intimidación. Peor aún, Impala no ha tomado medidas disciplinarias contra los autores.” El Num pide que se aborden inmediatamente las cuestiones de seguridad en Impala Platinum, para poner fin a la violencia y la intimidación, y que se reabran las oficinas del Num.
Impala Platinum también ha hablado públicamente de una disminución de miembros del Num en la compañía del 70 al 13 por ciento, pero no ha aceptado un proceso de verificación. El Num alega que se ha obligado a trabajadores a darse de baja y a unirse al sindicato rival, y ha solicitado un ejercicio de verificación independiente, sin intimidaciones, para determinar su representación en la mina.