23 abril, 2021Cuando en 2012 se daban los primeros pasos de la transición del régimen militar a la democracia, recién entonces se permitió en Myanmar la formación de sindicatos. Sin embargo, en febrero de este año, los militares volvieron a tomar el poder mediante un golpe de estado.
ENTREVISTA Global Worker No. 1 Mayo 2021 | |
ENTREVISTA Khaing ZarPaìs: Myanmar |
Desde diciembre de 2014, IndustriALL cuenta con dos sindicatos afiliados en Myanmar: la Federación de Trabajadores Industriales de Myanmar (IWFM) y la Federación de Trabajadores Mineros de Myanmar (MWFM). Ambos sindicatos están afiliados a la Confederación de Sindicatos de Myanmar (CTUM).
Khaing Zar es presidenta de la IWFM, tesorera de la CTUM, y miembro del comité ejecutivo de IndustriALL. Khaing Zar comenzó a participar en el movimiento sindical en 2007, cuando trabajaba en fábricas de prendas de vestir en la frontera entre Tailandia y Myanmar.
¿Cómo llegó Ud. a ser sindicalista?
A los 16 años, terminé la secundaria y comencé a trabajar para ayudar a mantener a mi familia. Mostré un carnet de identidad de una persona que tenía 25 años, que mi prima me había prestado, y así conseguí trabajo en una fábrica textil. Después, me despidieron de esa fábrica por ser menor de edad; en Myanmar, la edad legal para trabajar es 18 años.
Luego trabajé en varias fábricas, haciendo turnos dobles para poder asistir a clases universitarias a distancia. Una vez que obtuve mi título universitario, encontré trabajo en fábricas de prendas de vestir al otro lado de la frontera, en Tailandia.
Cuando trabajaba en las fábricas de Myanmar y Tailandia, tenía compañeros de trabajo de tan solo 13 o 14 años, que querían volver a la escuela.
Me llamó la atención el nivel de pobreza, la forma como se explotaba a los trabajadores y trabajadoras, y como tenían poca o ninguna posibilidad de mejorar sus vidas. Entonces, fui a una sesión de capacitación sindical cuando trabajaba en una fábrica de prendas de vestir en Tailandia, y desde entonces nunca me he arrepentido.
Me incorporé a la Federación de Sindicatos de Birmania (FTUM), que ahora se llama la Confederación de Sindicatos de Myanmar (CTUM), donde soy miembro del comité ejecutivo desde principios de 2007. En ese momento, ofrecíamos a los trabajadores/as migrantes en Tailandia capacitación sobre la legislación laboral tailandesa para concientizarlos sobre sus derechos, ayudando a los que fueran despedidos o tuvieran problemas en el lugar de trabajo. Como los sindicatos eran ilegales en Myanmar, convocamos a los trabajadores y trabajadoras de Myanmar para que vinieran a recibir capacitación en lugares seguros.
¿Cómo ha estado la labor de sindicalización desde que los sindicatos fueron legalizados en Myanmar?
Entre 2017 y 2019, la IWFM aumentó su membresía de 17.000 a 24.000. Sin embargo, a consecuencia de la pandemia se han perdido puestos de trabajo y también se ha reducido la afiliación sindical. Actualmente, la IWFM cuenta con 13.000 miembros.
Hay varios factores que entorpecen las actividades de sindicalización. La gente observa que los dirigentes sindicales son despedidos de sus puestos de trabajo, y por esta razón los trabajadores/as temen afiliarse a un sindicato por las represalias que puedan sufrir. Se necesita tiempo para cambiar la conducta de las personas.
Y aunque los sindicatos actualmente se hallan dentro de la legalidad, el proceso de registro ante las autoridades todavía es difícil. Oficialmente, el proceso debería durar tres meses, pero frecuentemente tarda mucho más, por lo tanto alentamos a los dirigentes sindicales locales para que, de todos modos, siguiendo las Directrices sobre la libertad de asociación de Myanmar, comiencen ya el trabajo de sindicalización.
No hay tradición de diálogo social en Myanmar, y tanto la fuerza de trabajo como los empleadores suelen estar bastante desinformados sobre los sindicatos. Es muy importante establecer relaciones eficaces entre la fuerza de trabajo y la administración de la empresa a nivel de fábrica, lo que requerirá capacitación tanto de los representantes sindicales como de los de la empresa.
La IWFM ofrece frecuente capacitación a los trabajadores y trabajadoras, incluyendo temas como: qué es un sindicato, qué hace un sindicato, qué es el diálogo social, cómo son los procedimientos para establecer un convenio colectivo, la legislación laboral, estrategias de sindicalización, igualdad de género, salud y seguridad ocupacional y normas internacionales del trabajo.
Muchos piensan que el sindicato se ocupa de resistencia y la lucha de clases, pero su labor es más bien en el campo de la educación. Queremos buenos puestos de trabajo y queremos mejorar las condiciones laborales, pero esto se tiene lograr mediante la negociación colectiva. Si los empleadores pierden propuestas y negocios comerciales, nosotros somos quienes perdemos puestos de trabajo. Alentamos a los trabajadores/as a que usen la huelga como recurso de última instancia.
¿Qué papel juegan los sindicatos en el movimiento de resistencia civil, protestando contra el régimen militar?
Cientos de miles de personas han participado en las manifestaciones pacíficas en todo el país. El movimiento de resistencia civil realmente está uniendo a las personas de todas partes de Myanmar, independientemente de su posición étnica, social o geográfica, y trabajadores y trabajadoras de diferentes sectores como el transporte, la energía, la minería, la confección, la construcción, y la medicina.
Los sindicatos han sido muy activos y nuestros miembros en el sector de la confección han participado en las manifestaciones. Como una persona puede ser despedida después de tres días de huelga, se han realizado negociaciones con la administración de las empresas para que se apruebe licencia para unirse al movimiento. En algunos casos, los sindicatos/la fuerza de trabajo han enviado una carta al empleador indicando que se están uniendo a las manifestaciones pacíficas, necesarias debido a la situación actual del país y que están ejerciendo sus derechos humanos fundamentales y su derecho a la libertad de asociación y libertad sindical.
Los dirigentes sindicales han sido blanco de los militares. La policía ha emitido órdenes de detención contra 20 dirigentes sindicales, la mayoría de la IWFM, incluida nuestra vicepresidenta, Ma Soe Lay. Se ha presionado a los empleadores para que entreguen a los militares información sobre los dirigentes sindicales, y muchos dirigentes sindicales se han visto obligados a pasar a la clandestinidad.
El 14 de marzo se conocieron varios graves ataques en la zona industrial más grande de Yangon, Hlaing Thar yar. Más de 100 personas murieron y miles de trabajadores y trabajadoras han abandonado esa zona industrial debido a los tiroteos y arrestos.
A pesar de los problemas, muchas fábricas volvieron a abrir en marzo. Existe un riesgo real de que las empresas aprovechen la situación actual para despedir a los trabajadores/as. Si faltas al trabajo durante más de tres días, el empleador puede evitar tener que pagar indemnización, que estaría obligado a hacer en casos habituales de despido. Ya hemos visto que esto está pasando, lo cual es injusto en casos en que los trabajadores/as no puedan ir a trabajar por motivos de seguridad.
¿Qué medidas espera la IWFM de la comunidad internacional?
Desde 2012, cuando nos permitieron regresar a Myanmar después de la dictadura anterior, la IWFM ha trabajado sin descanso para proteger los derechos y mejorar las vidas de los trabajadores/as de la confección y sus familias.
Seguiremos luchando contra el golpe militar actual porque sabemos lo cruel que es un gobierno militar. Y hemos tenido ocho años de libertad parcial, observando el desarrollo del país. Nadie quisiera volver a las tinieblas. Es cierto que no hay futuro, ni libertad, ni prosperidad, bajo un gobierno militar.
Necesitamos que se apliquen sanciones amplias contra Myanmar, especialmente en las industrias del petróleo y el gas y de los seguros, para reducir los ingresos del régimen militar. Y es necesario un embargo general internacional de armas contra Myanmar.
La IWFM está presionando para que las grandes marcas de prendas de vestir que tienen plantas de producción en Myanmar pidan a los proveedores que no castiguen a los trabajadores/as que participen en las protestas. Y la IWFM ha pedido a las marcas manifestar su condena contra el golpe militar en Myanmar, demostrando que el golpe militar tendrá un impacto negativo en la inversión extranjera.
También necesitamos que, en la situación actual, los empleadores y las marcas que fabrican productos en Myanmar no despidan a los trabajadores/as. Muchos trabajadores/as ya han perdido sus puestos de trabajo, sindicalistas se han visto obligados a pasar a la clandestinidad, y las familias no tienen ingresos. Nuestro valiente pueblo sigue resistiendo al brutal ejército terrorista. Los trabajadores/as y el pueblo de Myanmar necesitan ayuda humanitaria de inmediato.