6 abril, 2021En la madrugada del 31 de marzo de 2021, miles de trabajadores y habitantes locales se reunieron en silencio en la aldea de Ywatha, ubicada en el municipio de Salingyi, en Monywa, para despedirse del minero Chan Myae Kyaw.
Colocaron flores sobre su cuerpo, vociferaron consignas con emoción y criticaron al cruel régimen militar. El funeral terminó con la cremación de su cuerpo.
Chan Myae Kyaw era uno de ellos. Desde el golpe militar del 1 de febrero, había participado frecuentemente en el movimiento de desobediencia civil en la ciudad minera de Monywa, localizada 700 km al norte de Yangon.
Unos días después del golpe de Estado, escribió lo siguiente en su página de Facebook:
“Yo soy parte del pueblo.
Apoyaremos a los funcionarios del gobierno y nos uniremos al movimiento de desobediencia civil.
Apoyaré a los empleados públicos tanto como pueda, ya sea a través de la voz o la acción.
Que todos los dictadores fracasen”.
Chan Myae Kyaw, de 29 años, era conductor de un camión volcador de 100 toneladas en la mina de cobre SinoHydro y miembro de la Federación de Mineros de Myanmar (MWFM), afiliada a IndustriALL Global Union, y de la Confederación de Sindicatos de Myanmar (CTUM).
A pesar de que sus padres y cuatro hermanos dependían de sus ingresos para vivir, se unió valientemente a casi todos los movimientos de protesta en el área. Su página de Facebook es prácticamente un diario del movimiento antigolpista en la remota ciudad minera.
Chan Myae Kyaw puso al país antes que a sí mismo. El 17 de febrero, escribió en Facebook:
“¿Tenemos miedo de perder nuestros empleos?
Yo tengo miedo, pero el país es más importante que perder mi trabajo.
Tenemos más miedo de vivir bajo el régimen militar.
Por esto es que creamos el movimiento de desobediencia civil.
No estoy seguro de que vuelva a trabajar.
Estamos librando esta batalla de forma consciente”.
A su vez, afirmó que se escaparía cada vez que los soldados dispararan, pero que siempre volvería al lugar de la manifestación.
“Cuando haya disparos, me escaparé.
Pero volveré al día siguiente.
El mundo no se detendrá”.
En los momentos decisivos de la historia, huir no es una opción moral.
El 27 de marzo, mientras Chan Myae Kyaw protestaba junto con 6000 trabajadores y habitantes locales en la intersección de las carreteras Pathein-Monywa y Yargyi-Kalaywa, 150 soldados y policías antidisturbios cruzaron el río Chin Dwin y dispararon contra la multitud sin previo aviso.
Chan Myae Kyae recibió varios disparos mientras protegía a otros manifestantes. Sus compañeros se lo llevaron en motocicleta, y murió poco después.
Cuando se difundió la noticia de su fallecimiento, Facebook se inundó de condolencias.
Htet Htet Mar escribió:
“(Dijiste que) si había disparos, saldrías corriendo.
¿Puedes volver ahora?
¿Hasta dónde correrás?”
Annie Adviento, la secretaria regional de IndustriALL para el sudeste asiático, que había conocido al brillante joven varias veces en Monywa y Yangon, expresó:
“Se fue demasiado pronto. Acabamos de perder a uno de nuestros hermanos sindicalistas, que demostró, a su temprana edad, cómo pudo ser un sindicalista con una fuerte pasión por la libertad y la democracia, que luchó por lo que es correcto en medio de la inquietud y el caos en las calles de Myanmar. Será una fuente de inspiración mientras seguimos trabajando por un movimiento obrero fuerte y democrático en Myanmar”.