30 agosto, 2018Después de 12 años en el exilio, el dirigente sindical Napoleón Gómez Urrutia regresa a su país para ser investido como senador de la República de México en una ceremonia oficial celebrada el 29 de agosto en la Ciudad de México. Este momento histórico fue celebrado con júbilo por IndustriALL Global Union.
Napoleón Gómez Urrutia, Presidente y Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, conocido como Los Mineros, formó parte del equipo ganador del Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las elecciones generales del 1o de julio.
Gómez ha sido miembro titular del Comité Ejecutivo de IndustriALL desde su fundación en 2012. Los afiliados de IndustriALL en todo el mundo se han unido para apoyar al mencionado dirigente sindical y la campaña en favor de los sindicatos democráticos en México.
Entre las personalidades sindicales que estuvieron presentes en la ceremonia del 29 de agosto se contaban: el Secretario General de IndustriALL, Valter Sanches, y afiliados de IndustriALL; el Presidente Internacional de United Steelworkers (USW) de EE.UU. y Canadá, Leo W. Gerard; y Len McCluskey del sindicato británico e irlandés, Unite. Los sindicatos han apoyado firmemente a Napoleón Gómez y a Los Mineros, incluso antes de que Gómez se viera obligado a marcharse de México.
Valter Sanches dijo que era motivo de gran orgullo tener un compañero elegido como parte del nuevo gobierno, que promete asumir la causa de los trabajadores y trabajadoras. Al hacer uso de la palabra, señaló:
“Para todos nuestros compañeros y compañeras que han luchado a lo largo de los años, y para aquellos que han demostrado solidaridad internacional en todo el mundo, hoy es un día para celebrar porque la solidaridad ha triunfado nuevamente”.
El exilio de Napoleón comenzó con una terrible tragedia que se produjo el 19 de febrero de 2006, cuando una explosión arrasó la mina de carbón Pasta de Conchos en el estado norteño de Coahuila, atrapando a 65 mineros a cientos de metros bajo la superficie.
Este hecho se diferencia del derrumbe de la mina San José que se registró en Chile cuatro años después, donde, milagrosamente, se logró rescatar con vida a 33 mineros atrapados bajo tierra durante 17 dramáticos días. En Pasta de Conchos, se suspendieron las labores de rescate después de sólo cinco días. El Grupo México y el gobierno mexicano incluso desconectaron la electricidad de la mina para detener la búsqueda y ocultar las violaciones de seguridad que podrían incriminar a la compañía. Esto fue antes de que supieran que los mineros estaban muertos.
Antes de que sucediera ese desastre, Napoleón Gómez, cuyo sindicato representaba a los mineros en Pasta de Conchos, ya había solicitado la suspensión de las labores en la mina hasta que las condiciones de trabajo se mejoraran. Sin embargo, la advertencia de Gómez no fue oída, y se produjo la tragedia.
Casi doce años después, los cadáveres de 63 de los 65 mineros todavía permanecen en la mina, y el gobierno mexicano no ha investigado ni demandado a los responsables.
Después de la tragedia, Gómez criticó enérgicamente al Grupo México y al gobierno mexicano, acusándolos de homicidio industrial por no haber corregido más de 40 violaciones de salud y seguridad en la mina.
En represalia por sus categóricas denuncias, el gobierno mexicano destituyó a Gómez como dirigente sindical, imponiendo a Elías Morales como Secretario General suplente de Los Mineros. Esta medida provocó protestas internacionales y las organizaciones predecesoras de IndustriALL lanzaron una campaña mundial de apoyo a Gómez y a la autonomía sindical en México.
Después de recibir amenazas de muerte por criticar al Grupo México, y ante represión cada vez mayor por parte de las autoridades, Gómez y su familia huyeron de México a principios de marzo de 2006 con la ayuda de United Steelworkers. Los días 18 y 19 de marzo de 2006, una inmensa mayoría de los sindicalistas de base de Los Mineros votó a favor de Gómez como Secretario General, rechazando a Morales.
Luego, Gómez fue perseguido en los tribunales, bajo acusaciones falsas de malversación de los fondos de Los Mineros. Gómez impugnó las acusaciones con éxito once veces hasta que un tribunal federal finalmente puso fin al caso, denunciando los cargos como infundados y anticonstitucionales.
Los dirigentes de Los Mineros fueron blancos de ataques por parte de las autoridades, y muchos de ellos fueron encarcelados. Entre éstos estuvo Juan Linares, quien estuvo ilegalmente encarcelado durante más de dos años. Una semana de acción realizada por los sindicatos mundiales y sus afiliados fue un factor clave para lograr que Linares fuera puesto en libertad en 2011.
Finalmente, en 2013, sacaron a Gómez de la lista de alerta roja de sospechosos buscados por la Interpol, y se criticó enérgicamente al gobierno mexicano por usar la Interpol para sus propios fines políticos. Significó que, por primera vez desde 2006, Gómez pudo abandonar Canadá, donde se había refugiado con su familia bajo la protección del USW, y pudo asistir a una reunión del Comité Ejecutivo de IndustriALL en Ginebra, Suiza.
En mayo de 2014, Napoleón Gómez recibió el prestigioso Premio Internacional Arthur Svensson por defensa de los derechos sindicales por su destacado papel en la lucha en favor de los sindicatos democráticos en México.
Años después de la tragedia de Pasta de Conchos, el gobierno siguió arremetiéndose contra Los Mineros, congelando las cuentas bancarias del sindicato, encarcelando a los dirigentes con acusaciones falsas, intentando eliminar el derecho legal de huelga del sindicato y utilizando la fuerza policial y militar para atacar violentamente a los trabajadores/as, causando la muerte de por lo menos cuatro activistas sindicales y dejando heridos a muchos otros.
Sin embargo, a pesar de esto, Los Mineros ha seguido siendo el sindicato más exitoso de México. Desde el extranjero, Gómez logró establecer convenios colectivos en México que permitían aumentos salariales mayores que ningún otro sindicato en el país.
Gómez, quien, en múltiples ocasiones ha sido reelegido unánimemente como dirigente de Los Mineros, dice que una de sus primeras tareas cuando regrese a México es reabrir la investigación sobre la tragedia de Pasta de Conchos. También encabezará la lucha contra los contratos de protección en México (convenios que se establecen entre sindicatos corruptos y empleadores a espaldas de los trabajadores/as); también se compromete a combatir otras violaciones de los derechos sindicales que forman la base de la queja de IndustriALL ante la Organización Internacional del Trabajo.
En la ceremonia de investidura de Gómez, Leo W. Gerard, de United Steelworkers, señaló:
“La lucha de Napoleón Gómez y Los Mineros es una lucha de importancia fundamental para los trabajadores y trabajadoras en América del Norte y en todo el mundo. Con Napoleón en el Senado, el nuevo gobierno de México se halla en condiciones de superar décadas de corrupción y dominación corporativa, para introducir mejoras auténticas en los derechos y niveles de vida de los trabajadores y trabajadoras mexicanos. El movimiento sindical mundial debe apoyar estas campañas, exigiendo que se rindan cuentas para las víctimas de décadas de represión, incluyendo para las familias de los mineros de Pasta de Conchos”.
El Secretario General de Unite, Len McCluskey, acotó: “Durante 12 años, Napoleón Gómez resistió las maniobras del gobierno mexicano y de las corporaciones más grandes de México que intentaban destruirle a él y a su sindicato. El regreso de Napoleón a México para su investidura como senador de la República de México no es sólo una victoria para la valiente y digna campaña que han realizado él y Los Mineros, sino también para la solidaridad mundial ante la injusticia. Unite se enorgullece de estar hombro con hombro con Napoleón y su sindicato. Su lucha es nuestra lucha y le deseamos todo éxito en la transformación de México, luchando por un mundo mejor”.