11 diciembre, 2020El 10 de diciembre, la región de Oriente Medio y África del Norte de IndustriALL Global Union se reunió en línea para hacer balance después de un año difícil. Muchos de los problemas que enfrenta la región (alto desempleo, conflictos y un panorama económico desfavorable) se han agravado con la pandemia de COVID-19.
Al inicio de la reunión, el vicepresidente de IndustriALL, Abdelmajid Matoual, señaló que, aunque la pandemia ha creado un panorama sombrío a corto plazo para los trabajadores de la región, es demasiado pronto para predecir las consecuencias. La pandemia también brinda una oportunidad para reflexionar:
“Debemos cambiar la forma en que pensamos”, expresó, “la forma en que nos organizamos. Debemos trabajar de nuevas maneras para promover la unidad: sindicatos fuertes que luchen juntos para defender los derechos de los trabajadores”.
El secretario general de IndustriALL, Valter Sanches, afirmó que el Día de los Derechos Humanos es una oportunidad para reflexionar acerca de la defensa de los derechos humanos, especialmente debido a que la pandemia ha provocado ataques contra los trabajadores a nivel mundial. La crisis sanitaria está generando una crisis económica.
“Los especuladores de la pandemia, en particular las empresas como Amazon y los grandes jefes de la economía de los pequeños encargos, han hecho una fortuna con la pandemia”, declaró. “Los sindicatos deben luchar por estímulos económicos para lograr una recuperación verde”.
El secretario general adjunto, Kemal Özkan, señaló que han pasado diez años desde la erupción de la Primavera Árabe:
“Ese momento nos dio mucha esperanza para el futuro, para la libertad y la democracia. En cambio, hemos experimentado turbulencias y conflictos, y para muchos países la situación es peor ahora que hace diez años. El único aspecto positivo es la creciente fuerza y unidad del movimiento sindical de la región”.
Özkan señaló que Oriente Medio y África del Norte es la región más devastada por conflictos en el mundo. Tiene una población en crecimiento, alto desempleo y un panorama económico desfavorable que depende demasiado de la exportación de combustibles fósiles.
Con represiones de manifestaciones y arrestos en algunos países y restricciones de confinamiento en toda la región, los delegados informaron que la pandemia ha hecho que la sindicalización sea más difícil que nunca. Muchas empresas del sector privado, que incluyen empresas de ingeniería, automotrices y aeroespaciales de Argelia, Túnez y Marruecos, han despedido o no han pagado a sus trabajadores.
En muchos países, las finanzas públicas se han visto afectadas por la caída del precio del petróleo y los trabajadores del sector público no han cobrado sus salarios. En Irak, no se ha pagado a los trabajadores de la electricidad durante seis meses. No hay ningún diálogo con los sindicatos.
Sin embargo, también existen aspectos positivos: en Jordania, el sindicato textil JTGCU inició negociaciones tripartitas con representantes del gobierno y de los empleadores al comienzo de la pandemia. El convenio alcanzado aseguró puestos de trabajo, niveles salariales y cobertura de salud para los trabajadores del sector, muchos de ellos mujeres migrantes. En Palestina, el sindicato textil pudo llegar a un convenio similar después de comenzar las negociaciones una semana después de que el país informara su primer caso de coronavirus. En Marruecos, el sindicato del sector del fosfato SNTP-CDT obtuvo un bono COVID para mitigar el impacto de la pandemia y en reconocimiento a sus esfuerzos para mantener la producción.
Otro punto positivo está relacionado con la posición de la mujer. Muchos delegados informaron que habían logrado aumentar la representación femenina en las empresas y en sus sindicatos, así como defender los lugares que ocupan las mujeres en la sociedad. Hashmeya Alsadawe, de Irak, informó desde el comité de mujeres.
Imagen principal: en Irak, los trabajadores de Basrah Gas Company protestan este verano contra la falta de pago de los salarios