8 marzo, 2021Mientras la crisis sanitaria y económica provocada por la COVID-19 amenaza con exacerbar la inequidad de género, se corre el riesgo de perder los escasos avances logrados. Los sindicatos deben actuar.
Los estudios de la OIT han demostrado que, en crisis anteriores, cuando las mujeres pierden sus puestos de trabajo, aumenta su participación en el trabajo de cuidados no remunerado. Cuando los trabajos son escasos, las mujeres suelen ser privadas de las oportunidades laborales disponibles para los hombres. Cuanto mayor sea su pérdida de empleo durante la fase de confinamiento, y mayor sea la escasez de puestos de trabajo tras la crisis de la COVID-19, más difícil será para las mujeres recuperarse.
A nivel mundial, las mujeres se han visto más afectadas por el desempleo que los hombres. En 2020, la pérdida de empleo de las mujeres fue del 5 por ciento, frente al 3,9 por ciento de los hombres. Casi el 40 por ciento de todas las mujeres empleadas trabajan en los sectores más afectados, incluido el de la confección.
La distribución desigual del aumento de las demandas de cuidados durante la crisis ha afectado de manera desproporcionada para la población femenina, que normalmente realiza alrededor de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. La pandemia ha generado cierres de guarderías y escuelas, lo que, junto con los parientes mayores que no pueden brindar apoyo, ha exacerbado la demanda de este tipo de tareas.
Los gobiernos deben adaptar las respuestas políticas a la crisis actual para garantizar que las mujeres no se queden atrás, ya que las medidas de asistencia destinadas a la población en general no las alcanzará automáticamente. Los sindicatos tienen un papel importante que desempeñar para garantizar que las mujeres reciban apoyo para conseguir un trabajo digno y no sufran efectos traumáticos a largo plazo.
Respuestas a la crisis con perspectiva de género
El monitoreo con sensibilidad de género de aspectos como el desempleo, el acceso a la protección social, la reducción del tiempo de trabajo y la brecha salarial de género es clave para el diseño y la implementación de respuestas inclusivas a la crisis. El acceso a datos desglosados por género con respecto al impacto del brote de la COVID en todas estas cuestiones es fundamental.
Los sindicatos deben asegurarse de que las respuestas empresariales a la COVID-19 no impongan una carga desigual a las mujeres, así como también analizar si las medidas tomadas para mitigar el impacto económico de esta pandemia y proteger la salud de los trabajadores no han contribuido, en cambio, a un aumento de la discriminación de género. ¿Se ha penalizado a las trabajadoras por tener que lidiar con una mayor carga no remunerada en el hogar o porque el empleador adoptó horarios de trabajo menos favorables a la vida familiar para evitar las horas pico?
UNITE UK elaboró una guía acerca de la manera de evaluar el impacto en la equidad de género y una lista de verificación para la acción sindical.
Protección de la maternidad y COVID-19
Los sindicatos deben garantizar que se protejan los derechos de maternidad mientras las mujeres están de licencia, que sus derechos salariales no se vean socavados por el impacto de la COVID-19 y que se mantenga su derecho a regresar al trabajo.
Medidas de seguridad y salud en el trabajo con perspectiva de género
Para garantizar que el lugar de trabajo sea seguro para todos los trabajadores, los sindicatos deben procurar que las mujeres participen en la evaluación de los riesgos relacionados con la COVID-19 y en el desarrollo de políticas de salud y seguridad.
Al desarrollar, actualizar e implementar evaluaciones de riesgos, los empleadores y los encargados de salud y seguridad deben considerar el impacto desproporcionado de la COVID-19 en ciertos grupos específicos, incluidos los empleados que viven con personas en situación de vulnerabilidad o cuidan de ellas, las trabajadoras embarazadas y las que sufren abuso doméstico, y poner en marcha medidas que mitiguen estos riesgos.
Los sindicatos deben asegurarse de que las trabajadoras obtengan el equipo de protección personal adecuado, no uno diseñado solo para hombres altos.
Agravada por los confinamientos y la presión económica. la violencia doméstica ha aumentado durante la pandemia. Los sindicatos deben tomar medidas para abordar los impactos de la violencia doméstica y apoyar a las trabajadoras víctimas/sobrevivientes.
“La respuesta de los sindicatos debe basarse en la lucha contra la discriminación de género. Los sindicatos deben continuar desafiando los estereotipos de género y las normas sociales que limitan el acceso de las mujeres a los mercados laborales y empleos de calidad y contribuyen a la segregación de género”.
“Esta crisis ha demostrado la urgente necesidad de poner fin a la brecha salarial de género, reevaluar las profesiones o sectores dominados por mujeres y establecer una protección social con perspectiva de género para todos los trabajadores”,
expresó Jenny Holdcroft, secretaria general adjunta de IndustriALL.