30 julio, 2010El Sindicato de Mineros mexicano y el Sindicato Mexicano de Electricistas acuerdan formar un fuerte frente sindical en México, empezando por el envío de una caravana de solidaridad a Cananea para coincidir con el tercer aniversario de la huelga de mineros que comenzó el 30 de julio de 2007.
MEXICO: El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMRM - Sindicato de Mineros) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se reunieron esta semana por primera vez en un esfuerzo por formar un fuerte frente sindical en México, empezando por el envío de una caravana a Cananea mañana en solidaridad con el tercer aniversario de la huelga de mineros que comenzó el 30 de julio de 2007.
El frente sindical comprende también una amplia alianza de otros sindicatos independientes, las familias y las viudas de los trabajadores fallecidos en la mina de Pasta de Conchos y las madres y los padres de la Guardería ABC en Sonora (México).
Tras la elección para la presidencia mexicana en 2006 de Felipe Calderón, el ataque a los derechos de los trabajadores en México ha aumentado considerablemente, sobre todo contra los sindicatos independientes que han adoptado una firme actitud contra las tentativas de proseguir las políticas neoliberales de privatización y la reforma de la legislación laboral, como el Sindicato de Mineros mexicano y el SME.
En octubre de 2009, el presidente Calderón dio la orden de que 6.000 policías federales incautaran las centrales de energía operadas por miembros del SME, liquidando al mismo tiempo la segunda empresa estatal más importante, Luz y Fuerza del Centro, y despidiendo a unos 44.000 empleados. Cinco días antes, el Gobierno rechazó el reconocimiento legal del presidente del SME elegido democráticamente, Martín Esparza, cuando esto debería haber sido una cuestión de rutina.
En lo que parece ser un avance, el SME puso fin a su huelga de hambre el 23 de julio, después de acordar con el Ministerio del Interior la celebración de conversaciones de alto nivel, que comenzarían el 26 de julio. Esto sucedió tras un dictamente judicial días antes en el sentido de que, si bien el Gobierno tiene derecho a liquidar la compañía, el SME es el representante legítimo de los trabajadores y puede seguir representando a esos trabajadores en los tribunales oficiales, las magistraturas laborales y otros órganos.
En 2007, el Sindicato de Mineros mexicano, afiliado a la FITIM, convocó una huelga y ocupó la mina de Grupo México en Cananea para protestar por la negativa de la compañía a corregir riesgos extremos para la seguridad. En febrero de 2010, un tribunal de apelación mexicano dio luz verde al Gobierno de Calderón para despedir a 1.200 mineros y romper la huelga de tres años en la mina de Cananea de Grupo México. La decisión del tribunal amenaza con eliminar efectivamente el derecho de huelga en México. También allanó el camino para la reciente invasión de Cananea por el Gobierno, el desalojo de los trabajadores en huelga, atacándolos en la propia sede local de su sindicato, y cerrándola.
Los ataques al Sindicato de Mineros mexicano en Cananea forman parte de una campaña sistemática del Gobierno contra el Sindicato de Mineros mexicano, que comprende la continua persecución de su secretario general, Napoleón Gómez. Como se explica en una carta de protesta escrrita por el United Steelworkers al secretario de Trabajo mexicano el 8 de julio de 2010, los tribunales han desestimado una vez más todas las acusaciones contra Gómez por los fiscales del Estado, y ya no hay cargos pendientes contra él.