12 octubre, 2010100.000 personas se reunieron el 9 de octubre en Roma para respaldar las demandas de modificar la política fiscal relativa a los trabajadores en el país, a fin de estimular la creación de más empleos nacionales y de facilitar la salida de Italia de la crisis económica mundial.
ITALIA: 100.000 personas se reunieron el 9 de octubre en la Piazza del Popolo en Roma para expresar su solidaridad con las demandas de los sindicatos al Gobierno sobre cambios en la política fiscal nacional para aliviar las consecuencias de la crisis económica mundial.
La concentración fue organizada por dos centros sindicales nacionales italianos, la CISL y la UIL, con el fin de enviar un claro mensaje al Gobierno sobre la necesidad de revisar la actual situación fiscal, pues los trabajadores empleados pagan más impuestos que sus empleadores.
Los sindicatos creen que las decisiones de la Unión Europea sobre la política fiscal y adoptadas por los Estados miembros de la UE han ayudado a prevenir el riesgo de un nuevo debilitamiento de la moneda europea y a evitar la crisis de pérdida de confianza de los mercados internacionales.
Sin embargo, según los sindicatos, las próximas medidas deben incluir la adopción de una política efectiva que apoye el desarrollo y el empleo a nivel europeo. Por lo tanto, la CISL y la UIL aducen que el Estado italiano debe apoyar ahora esta perspectiva y colaborar en la constitución de un "gobierno europeo" que pueda responder más eficazmente a las crisis económicas y sociales.
La CISL y la UIL piden al Gobierno italiano que inicie un diálogo con todas las partes interesadas respecto a la recuperación social y económica y el desarrollo del país mediante una política económica efectiva. Esta política debe comprender una política fiscal que reduzca impuestos de los empleados, los jubilados, las familias y las empresas que puedan contribuir significativamente a la revitalización de la demanda y el consumo internos, que son necesarios para que vuelva a crecer la economía.