17 enero, 2011
En Túnez, los sindicatos realizaron un papel clave en el alzamiento social que, la semana pasada, derribó el régimen autocrático y corrupto del Presidente Zine El Abidine Ben Ali, después de 24 años en el poder. El viernes, 14 de enero, el Sindicato General de Trabajadores de Túnez (UGTT), organización afiliada a la Confederación Sindical Internacional (CSI), realizó una huelga general de dos horas para protestar por la violenta represión gubernamental del alzamiento.
Los ciudadanos de Túnez se negaron a aceptar que continúe el desempleo, que ha alcanzado un 24%, la corrupción, la desigualdad cada vez mayor, y la falta de acceso al proceso político.
Habiéndose muerto más de 60 manifestantes en dos semanas de enfrentamientos con la policía, los sindicatos exigen que se aplique justicia a los asesinos de los manifestantes. Durante los enfrentamientos, la policía bloqueó repetidas veces la entrada de la sede del UGTT, y luego, el 12 de enero, la policía asaltó y allanó las oficinas del sindicato.
Ante estos sucesos, la Comisión Nacional del UGTT realizó una reunión extraordinaria el 11 de enero, haciendo un llamado para que se inviertan fondos del estado, se mejore la atención a las necesidades básicas del pueblo, y se equilibren las desigualdades regionales. Otra reivindicación importante fue el llamado para que se establezca un fondo para desempleo, seguridad social que se necesita con urgencia para proteger a los trabajadores despedidos.
Además, los sindicatos exigieron democracia y libertad de prensa. A consecuencia de la privatización de los servicios públicos que se ha llevado a cabo en los últimos años, ha aumentado el nivel de desempleo, que es ahora dos veces mayor en el caso de los jóvenes del país.
La violencia que se usó para reprimir el derecho de los ciudadanos de Túnez de realizar manifestaciones de protesta pacíficas ha sido censurada por sindicatos y gobiernos de todas partes del mundo. Sin embargo, la administración de Sarkozy en Francia quiso ayudar al Presidente Ben Ali a quedarse en el poder en esta ex colonia francesa, facilitando equipos militares adicionales.
El sábado 15 de enero, Foued Mebazaa, el Presidente del Parlamento, se juramentó como presidente interino. Ahora tendrá que trabajar con nuevos interlocutores sociales para encontrar soluciones para la desigualdad, desempleo y corrupción que existen en Túnez, procurando que los sindicatos puedan funcionar con libertad y en condiciones de seguridad.
Existen problemas sociales semejantes en Argelia, país que tiene frontera con Túnez por el lado occidental, donde a consecuencia de los disturbios en siete ciudades han muerto cinco personas, con un saldo de más de 1.000 detenidos. Los países europeos impiden cada vez más el paso por sus fronteras de personas provenientes del norte del África que buscan trabajo, lo cual ha empeorado los problemas que existen.