10 octubre, 2011
Los trabajadores subcontratados de los campos petrolíferos de Colombia continúan su lucha para lograr que en los departamentos orientales de ese país las empresas subcontratistas multinacionales y la empresa pública Ecopetrol les concedan condiciones justas de trabajo y derechos sindicales. La Unión Sindical Obrera (USO) militante organización afiliada a la ICEM, está encabezando la lucha en nombre de los explotados trabajadores subcontratados, y desde el mes de julio ha logrado la sindicalización de más de 4.000 trabajadores.
Hoy, salió de Bogotá una caravana de solidaridad de la capital Bogotá, rumbo a una gran concentración en las operaciones petroleras de Campo Rubiales. Mañana, la caravana realizará un foro en Puerto Gaitán, con debates sobre los derechos sindicales en este sector en Colombia, y relatos de la historia de la lucha actual. Después de esto, la caravana dedicará el día 12 de octubre para visitar los campos petrolíferos de Puerto Gaitán. El 14 de octubre, la alianza de grupos sindicales nacionales e internacionales volverá a Bogotá para realizar una gran manifestación en la capital para publicitar la campaña.
Del 18 al 21 de septiembre, los trabajadores subcontratados bloquearon los caminos principales de Puerto Gaitán, por lo cual la producción petrolera bajó en un 25%, obligando al Ministro del Interior de Colombia para acudir a la mesa de negociaciones.
Entre las reivindicaciones del personal que labora para subcontratistas del sector petrolero figuran sueldos miserables, viviendas que no reúnen condiciones de habitabilidad, malos servicios de saneamiento, pésimo transporte, y trato degradante, todo ello impuesto a trabajadores con condiciones precarias de trabajo, con contratos a plazo fijo por dos a tres años. Se ha calificado las condiciones de trabajo en los campos petrolíferos alrededor de Puerto Gaitán como parecidas a los campos de concentración.
Recientemente, la campaña ha logrado que Pacific Rubiales mejore su oferta: la empresa acordó contratar a personas de la localidad para trabajar en todos los puestos no especializados, comprometiéndose a construir 3.000 viviendas y a donar US$1 millón a un hospital local.
Es significativo que los trabajadores y las comunidades locales se hayan unido para protestar, lo cual ha sido muy eficaz, haciendo hincapié específicamente la degradación ambiental que se está produciendo, el alto nivel de desempleo local, donde, para llenar muchos puestos de trabajo, no se contrata a gente que reside en la localidad, y falta inversión social en servicios locales de salud y educación.
Entre las empresas culpables de esta situación figuran Pacific Rubiales y Petrominerales, con sede en Canadá, Cepcolsa, filial de CEPSA, cuya casa matriz está en España, y la misma Ecopetrol que es 90% propiedad del estado. Pacific Rubiales ha financiado una gran campaña de desinformación, calificando a los sindicalistas de la USO como “criminales armados que imponen suspensiones del trabajo”.
El Sindicato de Trabajadores de Comunicaciones, Energía y Papel (CEP) de Canadá y la USO han creado un frente unido, dando mayor fuerza contra las multinacionales canadienses.