27 marzo, 2011
Del 14 al 19 de febrero de 2011, en una impresionante demostración de solidaridad internacional, los sindicatos de más de 40 países de cinco continentes participaron en diversas iniciativas para exigir derechos sindicales en México. A esta actividad se unieron sindicatos de diferentes partes del mundo, realizando manifestaciones, escribiendo cartas y reuniéndose con embajadores y personajes políticos de México, con el fin de destacar las masivas violaciones de los derechos laborales en ese país. En todas partes, se envió el mismo mensaje al gobierno de México:
• Que las empresas y funcionarios de gobierno deben rendir cuentas por la explosión que se produjo el 19 de febrero de 2006 en la mina Pasta de Conchos, en la cual murieron 65 mineros.
• Que se debe eliminar la violación sistemática de la libertad de sindicación de los trabajadores, incluyendo los “contratos de protección” promovidos por los empleadores, e interferencia en las elecciones sindicales.
• Que se debe eliminar el uso de la fuerza, sea por el estado o por entidades privadas, para reprimir las reivindicaciones legítimas de los trabajadores que exigen sindicatos democráticos, mejores sueldos y condiciones de trabajo, y buenas condiciones de salud y seguridad.
• Que se debe poner fin a la campaña de persecución política contra el sindicato Los Mineros de México y contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Ciudad de México
En México mismo, se realizaron actividades durante cada día de la protesta: el movimiento sindical independiente realizó más de 27 iniciativas en diferentes partes del país, incluyendo visitas a las embajadas de 23 países, una marcha y una manifestación en la Ciudad de México, seminarios y una concentración de protesta ante el Monumento a la Revolución. Los dirigentes de Los Mineros y del SME firmaron un pacto de unidad nacional.
En Canadá, delegaciones sindicales de alto nivel se reunieron con los embajadores y cónsules de México, mientras se realizaban piquetes ante el edificio. En seis ciudades de diferentes partes de EE.UU., a través de piquetes y reuniones con los embajadores y cónsules, se envió un mensaje inequívoco al gobierno de Calderón, señalándole que está aumentando la presión en EE.UU., el mayor socio comercial de México, exigiendo al gobierno mexicano termine con los abusos contra los derechos laborales.
Washington DC
En otros lugares, se llevaron a cabo más de 50 reuniones con representantes de embajadas o políticos, llamando la atención sobre el hecho de que México se niega a cumplir con sus compromisos internacionales de respetar la libertad de sindicación. En Suiza, se realizó una concentración ante la oficina del Embajador a las Naciones Unidas, y se realizaron otras importantes protestas en Australia, Bélgica, Brasil, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Rusia, Sudáfrica, y España.
Estas iniciativas fueron de importancia clave en momentos en que el Comité de Libertad Sindical se reunía, en la primera semana de marzo, en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para estudiar tres importantes quejas que se habían presentado contra México, dos relacionadas con la autonomía sindical, y otra relacionada con los “contratos de protección”.
Moscú
Todavía Ud. se puede incorporar a la campaña por medio de LabourStart, enviando mensajes a Calderón. En la primera semana se enviaron más de 3.500 mensajes por medio de la campaña, y esta cifra aumenta todos los días.
La campaña en favor de sindicatos democráticos e independientes en México fue iniciada por sindicatos de diferentes partes del mundo afiliados a la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), a la Federación Internacional de Sindicatos de la Química, Energía, Minas e Industrias Diversas (ICEM), a la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), a la Federación Internacional UNI, y a la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Además, la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC) hizo un llamado en favor de los derechos fundamentales en el sector del vestuario de México, donde, por medio de los “contratos de protección” se niegan los derechos fundamentales de los trabajadores, así como sucede en todo México.
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