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Panorama industrial de América Latina requiere una aproximación transectorial unida

27 marzo, 2011

El desarrollo industrial en los sectores de minería y manufactura seguirá siendo parte esencial del desarrollo económico de Latinoamérica, tanto para las grandes empresas de Brasil y México como para los otros países de la región, como Argentina, Perú, Chile y Venezuela.

A pesar de las mejoras que se han logrado en la última década, la pobreza y la desigualdad continúan siendo una importante característica en toda la región, tanto dentro de sus países como entre ellos. Para procurar que los aspectos positivos del desarrollo industrial y económico beneficien a los trabajadores, se requiere de un movimiento sindical fuerte y unido en todos los sectores, incluyendo la minería y el sector fabril.

Los productos primarios, especialmente el petróleo, la plata, el cobre y el mineral de hierro, producen grandes riquezas en la región, y a consecuencia de ello, Brasil, Argentina y México han dado la pauta también en el desarrollo de un sector manufacturero importante, especialmente en los sectores de la industria automotriz, petróleo y textiles.

A nivel nacional, debido a la forma de organización de las empresas, muchas veces los trabajadores están enlazados por vía de cadenas de suministro sumamente integrados entre un sector y otro. Por ejemplo, en las Maquiladoras de México, donde se concentra la producción de textiles, electrónica y piezas para automóviles, los trabajadores enfrentan problemas semejantes con relación a la sindicalización y para lograr una parte justa de las ganancias de las compañías.

Gracias a la solidaridad que ejercen los mineros y los trabajadores que elaboran componentes para automóviles de México, encabezada por el Sindicato de Mineros de México, se están logrando oportunidades para lograr libertad de sindicación, lo cual no se había logrado antes, tal como se vio en el caso de Johnson Controls en Puebla. Después de una larga lucha, y con apoyo del Sindicato de Mineros de México, los trabajadores de Johnson Controls en la planta de Resurrección en Puebla pudieron afiliarse a un sindicato de su elección y por medio de ese sindicato lograron un convenio colectivo en esa planta.

Mientras tanto, en las Zonas Francas de Exportación de la República Dominicana, los trabajadores de los sectores del textil y de la electrónica viven y trabajan unos al lado de otros, enfrentando en gran parte los mismos problemas y condiciones de trabajo. Aquí, los sindicatos han llagado a la conclusión de que se necesita aplicar las mismas estrategias para la sindicalización de ambos sectores. (Ver a continuación lo que dice Gertrudis Santana sobre la sindicalización transectorial en las Zonas Francas de Exportación de la República Dominicana.)

En el Brasil, más de tres millones de trabajadores son empleados de empresas mineras y de manifactura, en un proceso transectorial muy integrado. Desde las minas hasta las líneas de producción de aviones, naves y automóviles, sus trabajadores son representados por sindicatos de la minería, química, textiles y de metalurgia, luchando todos unidos a favor de mejores beneficios y condiciones de trabajo.

Para los sindicatos de Latinoamérica, y más allá, también se va a requerir una política fuertemente internacional para enfrentar a las corporaciones transnacionales que se están estableciendo en esta región, principalmente de Brasil y México. Muchas de estas “multilatinas,” como Vale, Gerdau, Cemex, Grupo México, y Tenaris, tienen muy mala fama por pésimas relaciones laborales y políticas antisindicales, que estas empresas están exportando a medida que se expanden a nivel regional y mundial.