24 abril, 2011
Glyphosate, que se conoce por el nombre ácido fosfonometilamino o ácido acético según la terminología de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) se fabrica para ser usado como herbicida. Según el propósito específico, se puede usar como tal, o como sal de amonio, sal de isopropilamina o sal de potasio.
Es mejor conocido como el principal ingrediente activo de “Roundup”, producto de la empresa química Monsanto. Sin embargo, como ha vencido la patente de Monsanto, varios fabricantes lo usan también en fórmulas semejantes. Funciona como inhibidor de las hormonas de las plantas, y al interferir con el proceso metabólico de las mismas, finalmente las mata.
Cuando se manipula el glyphosate, es imprescindible contar con una ficha de datos de seguridad (MSDS), que se puede obtener de alguna empresa que fabrica productos que incorporan esta sustancia. También es imprescindible reducir al mínimo la exposición, usando controles de ingeniería, aislamiento, ventilación eficaz, y equipos de protección personal donde sea inevitable la exposición de los trabajadores.
Hay dos versiones respecto al glyphosate, una de su fabricante original, Monsanto, que lamentablemente es aceptada por la mayoría de las entidades de regulación del mundo, y otra de quienes se oponen al uso del glyphosate, que señalan que se ha ocultado mucha información al respecto.
Según la versión de Monsanto, glyphosate se considera una de las herbicidas más seguras. Existe una posibilidad bien comprobada de irritación temporal de la piel y de los ojos, y de irritación gastrointestinal si se ingiere. Estos síntomas pueden ser graves si se trata del producto en forma pura, y si no se lava pronto la piel. Al estudiar las MSDN que se han producido recientemente, se ve que a nivel oficial se considera prácticamente no tóxico, y, en varios estudios realizados con animales, no ha producido ninguna evidencia oficialmente reconocida de que sea cancerígeno, que produzca mutaciones ni que sea tetarogénico.
Sin embargo, muchas veces las MSDS no son completas. Hay indicaciones bastante alarmantes de algunos investigadores de que existe un vínculo entre la exposición al glyphosate y la linfoma no-Hodgkin (LNH). La afirmación de Monsanto de que no se sufre de efectos adversos graves tuvo su origen en el trabajo del investigador sueco Hans-Olov Adami, quien a la vez tiene vínculos con un grupo de asesoría llamado Exponent.
Exponent tiene, a la vez, vínculos con Monsanto y otras empresas químicas, y se conoce por haber rechazado las preocupaciones por productos químicos en el medio ambiente. Rara vez se presta mucha atención a conclusiones sobre glyphosate que contradicen a Monsanto.
Se ha sugerido que puede ser un disruptor endocrinológico o genotoxina. Quien así lo afirma en sus estudios, por ejemplo, es Gilles-Eric Séralini, bioquímico francés, al observar los efectos de glyphosate en las células embrionarios, células de los fetos, y células de la placenta, y que es probable que glyphosate sea un disruptor endocrinológico en el ser humano. Este efecto se demostró en el caso de “Roundup”, más que con glyphosate en estado puro. Por cierto, uno de los problemas de las pruebas de cualquier producto químico es establecer cómo afectará al ser humano o el ambiente, dada la complejidad de la mezcla de productos químicos que se encuentran en el mundo real, en comparación con su estudio en forma aislada en un laboratorio.
Es baja la significación estadística de la relación entre el glyphosate y LNH. Los defensores de Monsanto han indicado que la relación entre la exposición al glyphosate y LNH se debe probablemente a una casualidad, o a errores en la evaluación de los niveles de exposición. En cuanto a las observaciones de Séralini, no está claro si los efectos que observara Séralini se debían al glyphosate, o a los sufactantes (detergentes) que siempre son partes constituyentes de la fórmula de las pesticidas.
Sea como sea, desde el punto de vista de la salud laboral, es mejor manipular con precaución cualquier producto químico. Se debe reducir al mínimo las oportunidades de exposición de los trabajadores, usando la mejor ingeniería para aislar los productos químicos, de tal manera que los seres humanos no tengan contacto con ellos. Se deben instalar sistemas eficaces de desagüe y ventilación para eliminar sin peligro cualquier producto químico que salga del sistema cerrado. Finalmente, se debe facilitar y mantener correctamente el equipo necesario de protección personal.
En cuanto al nivel de exposición, lo mejor es la no exposición.