26 septiembre, 2011
La semana pasada, fueron suspendidas las negociaciones que se realizaban en Indonesia con mediación del gobierno, deteriorándose más todavía las relaciones laborales entre Freeport-McMoRan y 8.000 mineros huelguistas, miembros de la FSP-KEP, del Sindicato de Trabajadores de la Química, Energía y Minas (CEMWU) organización afiliada a la ICEM. Esta semana se cumple la mitad de la huelga de 30 días que fuera declarada por el Sindicato de Trabajadores de PT Freeport Indonesia, la cual ahora podrá prolongarse más. La mina Grasberg de Freeport McMoRan, que a nivel mundial constituye el tercer complejo minero de oro y cobre, está situada en la Provincia de Papua Oriental, en la Isla de Nueva Guinea.
Se notó la ira de la administración contra los trabajadores, al comenzar huelga, el día 15 de septiembre, y ese rencor empeoró después de que, el 22 de septiembre, colapsaran las negociaciones que se habían llevado durante tres días en Yakarta con la mediación del Ministerio del Trabajo. El viernes pasado, los administradores de PT Freeport destituyeron de su trabajo a 138 enlaces sindicales. El sindicato respondió, manifestando que era probable que la huelga se prolongara más allá del 15 de octubre.
Desde comienzos de la huelga, que es por cuestiones de sueldos, pensiones de jubilación y fondos comunitarios, los administradores han exigido que los trabajadores vuelvan a sus labores, con la amenaza de despedirlos del trabajo. La administración ha puesto a trabajar a empleados de empresas subcontratadas, y ahora ha despedido a los enlaces sindicales y está aislando a los demás dirigentes de esa seccional sindical con el propósito de diezmar el sindicato.
La administración de PT Freeport ha intentado obligar a los trabajadores a firmar una declaración por la cual se les obliga a volver al trabajo, o, si no hacen así, enfrentan la posibilidad de ser despedidos. Sin embargo, a pesar de estas amenazas, solamente 500 trabajadores están trabajando, y muchos de éstos son personal subcontratado. (Ver aquí una lista de empresas subcontratistas.)
La semana pasada, Freeport-McMoRan publicó una declaración en la que señalaba que diariamente perdía tres millones de libras de producción del cobre, y 5.000 onzas de producción de oro. Con el fin de aumentar la presión que ejerce sobre los mineros con el propósito de que los trabajadores abandonen la huelga, la empresa también advirtió sobre la pérdida de rentas que se pagaba al gobierno de Indonesia y a los siete grupos indígenas que se encuentran en los alrededores de Timika, Papua, a los cuales Freeport-McMoRan tiene la obligación de subvencionar.
El primer cañonazo de aviso de hostilidades se dio al inicio de la huelga, cuando Armando Mahler, Director Administrativo de la empresa, informó que se iba a aplicar una política de “no hay sueldo sin trabajo”. Después de fracasar la mediación de la semana pasada, fuentes sindicales y gubernamentales coincidían al señalar que existía “desconfianza completa” entre el sindicato y Mahler y su equipo.
Entonces, el Sindicato de Trabajadores de PT Freeport Indonesia pidió que participara en las conversaciones James Moffett, Presidente de Freeport-McMoRan, empresa cuya casa matriz está en EE.UU. Los dirigentes sindicales citan la visita que realizara Moffett hace algunos años atrás, cuando instó a los dirigentes de los lugares de trabajo a adoptar principios positivos de relaciones laborales, para beneficio de ambas partes.
En la mediación de la semana pasada, PT Freeport, que es 91% propiedad de Freeport-McMoRan y 9% del gobierno de Indonesia, señaló que no va a modificar su oferta de un 11% anual durante el convenio, que sería por dos años. (El convenio bianual entraría en vigencia a partir del 1° de octubre.) El sueldo promedio de los mineros de Grasberg es de US$1,50 por hora. El sindicato había solicitado que se duplicara esa cantidad, para que alcanzara US$3 por hora, sin embargo en las conversaciones de mediación de la semana pasada, la seccional de los mineros de la FSP-KEP había ofrecido transigir, proponiendo un aumento de un 65%. La empresa no quiso modificar su oferta de un 11%.
La empresa ha ofrecido un pequeño aumento de los subsidios para educación y vivienda, y de la remuneración por turnos, pero ha señalado que no se va a desviar de los aumentos salariales que pagan otros inversionistas extranjeros en Indonesia. Por otra parte, también se niega a aceptar un plan de pensiones – al cual el 50% es aportado por los trabajadores – que se base en una multiplicación de años de servicio, y se negó también a oír las reivindicaciones del sindicato, que exigía mayores oportunidades y desarrollo para los pueblos indígenas de Papua.
Grasberg es la mayor fuente de ingresos de Freeport-McMoRan, y hace un año atrás, el Director de Finanzas de la empresa calificó ese complejo minero como “un activo que tiene costos muy bajos y que produce ingresos muy elevados, con una muy larga vida útil”. Se cree que este año se reducirán los ingresos de la empresa provenientes de Grasberg, porque está centrando su explotación en secciones de menor calidad de la mina a cielo abierto. Sin embargo, Freeport-McMoRan muestra mucho optimismo sobre el futuro; está en vías de desarrollar una mina subterránea profunda junto a Grasberg, que contiene cobre y oro de alta calidad, parte del mismo yacimiento mineral.
La ICEM ha intervenido en este conflicto, y por medio de D. Patombong Sjaiful, Presidente de las organizaciones de Indonesia afiliadas a la ICEM, quien pertenece al CEMWU de la FSP-KEP, está facilitando apoyo directo y asesoría a los mineros. Ellos necesitan la solidaridad y apoyo de todos los mineros y todos los sindicatos de mineros y de otros sectores. Rogamos enviar un breve mensaje, usando sus propias palabras, al Sindicato de Trabajadores de PT Freeport Indonesia.
En comunicaciones de la ICEM con el sindicato, cuando se le solicitó a un funcionario sindical calificar la huelga, respondió diciendo: “Decisión. Ésa es la palabra que califica a los trabajadores. Estamos decididos a cambiar nuestro futuro a través del trabajo que realizamos para esta empresa.”