6 septiembre, 2010

Todas las principales confederaciones sindicales de Francia declaran que van a la huelga en todo el país, con el fin de protestar contra el intento del Presidente Sarkozy de aumentar la edad de jubilación de 60 a 62 años, aumentando las contribuciones que hacen los trabajadores para sus pensiones, y aumentando a 41,5 años el período requerido de contribuciones para que un trabajador tenga derecho a una pensión completa del estado.
La huelga nacional, que fuera anunciada para el día 7 de septiembre, coincidirá con el debate de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional sobre el mencionado proyecto de ley. La huelga se ha anunciado a partir de las 7 de la tarde, hasta medianoche del día martes. Se cree que la huelga se declarará en diferentes sectores, desde el transporte público, producción de energía eléctrica, enseñanza, y telecomunicaciones, en tanto el personal de los hospitales ofrecerá solamente servicios de emergencia. El propósito de estas iniciativas es combatir las propuestas reformas de las pensiones de jubilación, y también defender los puestos de trabajo y exigir que el gobierno tome medidas a favor de la recuperación económica.
Las propuestas reformas del sistema de pensiones tienen muy poca aceptación en Francia, y los sindicatos tienen el propósito de aumentar el número de personas que protestan en comparación con los 2 millones que se movilizaron en junio para combatir los cambios. El 8 de septiembre, los activistas sindicales van a realizar reuniones de estudio de estrategia para determinar los próximos pasos de la campaña.
Actualmente, se nota que el Presidente Sarkozy tiene muchas dificultades, con niveles récord de falta de apoyo en la opinión pública, 18 meses antes de las elecciones presidenciales. La semana pasada, el gobierno del Presidente abandonó sus planes de rebajar los subsidios de alojamiento de los estudiantes, para tratar de reducir el apoyo de los estudiantes para la protesta de mañana. Con la derrota de la propuesta ley de reforma del sistema de pensiones se conservarían las condiciones de los trabajadores, y también se daría un golpe significativo a las probabilidades de reelección del partido derechista UMP de Sarkozy en 2012.
El sindicato francés FCE-CFDT, organización afiliada a la ICEM, calificó la reforma del sistema de pensiones y otras medidas de austeridad del gobierno como “vectores de injusticia social”, agregando que no es aceptable que se pase toda la carga financiera de la baja económica a los empleados tanto del sector público como del privado,
Sarkozy también enfrenta muchas críticas por su campaña contra el crimen, dirigida específicamente contra la comunidad gitana. La decisión que tomara el Presidente de dirigir la acción contra un grupo determinado en base a su origen étnico ha sido asunto de preocupación para mucha gente, incluyendo a algunos miembros de su propio gabinete.