15 septiembre, 2011
Alemania está afectada de un fenómeno poco usual: ahora que el desempleo ha disminuido hasta su nivel más bajo en décadas, ha aumentado drásticamente el número de trabajadores en empleo precario temporal y con bajo salario. El incremento del empleo temporal de 2009 a 2010 fue del 32,5%, según la Oficina Federal de Estadística de Wiesbaden.
Llegaron al 75% del total de empleos, en el año 2010, los correspondientes al sector temporal, y el trabajo temporal equivalió al 50% de todos los contratos con salario: cifras que indican una realidad diferente del éxito económico que se atribuye a Alemania.
Esta tendencia no ha cogido por sorpresa a los sindicatos de Alemania. Recordemos que la federación nacional DGB, en su congreso de mayo de 2010, adoptó con carácter de prioridad una campaña por la igualdad de remuneración y de derechos, y por períodos de prueba precisos para los trabajadores temporales. La sustitución de empleados fijos (“Stammbelegschaft”) por temporales constituye un retroceso, y los sindicatos alemanes consideran que es una forma de reducir los salarios. En la sola industria metalúrgica, los salarios de trabajadores temporales son, en promedio, inferiores en €776 a los del personal fijo.
En 2010, según la Oficina de Estadísticas de Wiesbaden, 7,4 millones de personas estuvieron empleadas temporalmente (en “miniempleo”) con bajos salarios: una modalidad creada por ley en 2003, con la intención de que ese tipo de ocupación condujera al empleo fijo de tiempo completo. Esto no ha ocurrido, como lo demuestra la federación de empleadores de servicios temporales, que predice que en 2011 -y posteriormente- se registrarán porcentajes de incremento de dos dígitos en el empleo temporal.
Dos ejemplos: en el ramo de hotelería y servicio de suministro de comidas, hay un trabajador temporal por cada empleado alemán con plenas prestaciones sociales. En el comercio al por menor, la proporción correspondiente es de dos a uno.
Una respuesta que proponen los sindicatos alemanes es un salario mínimo intersectorial establecido por ley, y medidas legislativas más rigurosas que disuadan de toda forma de empleo precario. “Salario igual por trabajo igual” se ha convertido en grito de batalla del movimiento sindical alemán, y avanzando hacia esa meta se restaurará un orden más equitativo del mercado laboral.
Llegaron al 75% del total de empleos, en el año 2010, los correspondientes al sector temporal, y el trabajo temporal equivalió al 50% de todos los contratos con salario: cifras que indican una realidad diferente del éxito económico que se atribuye a Alemania.
Esta tendencia no ha cogido por sorpresa a los sindicatos de Alemania. Recordemos que la federación nacional DGB, en su congreso de mayo de 2010, adoptó con carácter de prioridad una campaña por la igualdad de remuneración y de derechos, y por períodos de prueba precisos para los trabajadores temporales. La sustitución de empleados fijos (“Stammbelegschaft”) por temporales constituye un retroceso, y los sindicatos alemanes consideran que es una forma de reducir los salarios. En la sola industria metalúrgica, los salarios de trabajadores temporales son, en promedio, inferiores en €776 a los del personal fijo.
En 2010, según la Oficina de Estadísticas de Wiesbaden, 7,4 millones de personas estuvieron empleadas temporalmente (en “miniempleo”) con bajos salarios: una modalidad creada por ley en 2003, con la intención de que ese tipo de ocupación condujera al empleo fijo de tiempo completo. Esto no ha ocurrido, como lo demuestra la federación de empleadores de servicios temporales, que predice que en 2011 -y posteriormente- se registrarán porcentajes de incremento de dos dígitos en el empleo temporal.
Dos ejemplos: en el ramo de hotelería y servicio de suministro de comidas, hay un trabajador temporal por cada empleado alemán con plenas prestaciones sociales. En el comercio al por menor, la proporción correspondiente es de dos a uno.
Una respuesta que proponen los sindicatos alemanes es un salario mínimo intersectorial establecido por ley, y medidas legislativas más rigurosas que disuadan de toda forma de empleo precario. “Salario igual por trabajo igual” se ha convertido en grito de batalla del movimiento sindical alemán, y avanzando hacia esa meta se restaurará un orden más equitativo del mercado laboral.