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COP-16: algún éxito sindical dentro del contexto general

13 diciembre, 2010

La ICEM está pendiente de las negociaciones sobre el clima debido a sus profundas consecuencias para todos los trabajadores, pero especialmente para los trabajadores industriales en los sectores de producción de energía y para aquéllos que usan intensivamente la energía. Nuestra federación sindical internacional apoya la creación de un tratado climático justo, ambicioso, y de cumplimiento obligatorio bajo ley, pero insiste en que quienes toman las decisiones al respecto deberían tomar en cuenta las implicaciones sociales del mismo.

Es necesario hacer que los puestos de trabajo que existen en la actualidad sean más sostenibles, y se pueden crear nuevos puestos de trabajo “verdes”, pero estos cargos no deberían ser trabajos de bajo sueldo y poco prestigio, que requieran pocos conocimientos y que ofrezcan pocas posibilidades de progreso profesional. Tienen que crearse fuentes de trabajo decente. Esto implica que se necesitan estrategias industriales nacionales. Es necesario contar con fuertes programas sociales que respalden las medidas que se tomen para lograr una “transición justa”.

Finalmente, el mundo no debe olvidar que se necesita introducir cambios estructurales fundamentales de nuestro sistema económico, ya que la crisis financiera demostró que políticas miopes del mismo tipo que aquéllas que han perjudicado el medio ambiente igualmente han puesto en peligro la estabilidad económica.

Después del fracaso del COP-15 en Copenhague en 2009, se tenía pocas esperanzas que tuviera éxito el COP-16, que se realizó en Cancún, Méjico. Mucha gente pensó que lo mejor que se podía esperar era que se volviera a encaminar el proceso, creando alguna confianza, con el propósito de lograr algunas decisiones de verdad en el COP-17 que se va a realizar en 2011.

Brian Kohler de la ICEM habla en la sesión plenaria del Grupo de Trabajo Especial sobre Acción Cooperativa a Largo Plazo

En el COP-15, antes de que fracasaran las conversaciones, produciéndose el llamado “Acuerdo de Copenhague”, resultado de conversaciones secretas en las salas de atrás, los sindicatos habían logrado que se introdujera un párrafo en la parte “Visión compartida” del primer borrador sobre acción cooperativa a largo plazo, cubriendo una serie de cuestiones como la adaptación, mitigación, financiamiento, investigación y desarrollo, transferencia tecnológica, formación y educación, y una transición justa. Este párrafo llegó a conocerse como el párrafo sobre “transición justa y trabajo decente”.

Por razones que se desconocen, el Presidente del Grupo de Trabajo Especial sobre Acción Cooperativa a Largo Plazo (AWG-LCA) quitó este acápite del documento que se estaba estudiando, y los sindicatos enfrentaron una lucha para recuperarlo.

El párrafo en cuestión sobre la transición justa acordaba que “la lucha contra el cambio climático exige un
cambio de paradigma hacia la construcción de una sociedad con bajas emisiones que ofrezca oportunidades sustanciales y asegure un crecimiento elevado continuo y un desarrollo sostenible, que se basen en tecnologías innovadoras y en una producción, un consumo y unos estilos de vida más sostenibles, velando también por una transición justa de la fuerza laboral que cree trabajos decentes y empleos de calidad.”

Asimismo faltaban también otras cláusulas relacionadas, igualmente propuestas por los sindicatos, que reconocían la importancia de la participación de la sociedad civil en las decisiones que afecten sus vidas, sus lugares de trabajo y sus comunidades.

La recuperación de estos párrafos llegó a ser una prioridad para la delegación sindical en el COP-16. Brian Kohler, Encargado de Salud, Seguridad y Sostenibilidad de la ICEM, se dirigió a la sesión plenaria del AWG-LCA en nombre de los sindicatos, haciendo hincapié en la importancia de incluir estas cláusulas.

Durante las dos semanas del COP-16, bajo la coordinación de Anabella Rosemberg de la Confederación Sindical Internacional (CSI), todos los delegados sindicales intentaron contactar a los miembros de los equipos de negociación con el fin de poner énfasis en la importancia de este párrafo. Kohler mismo habló con miembros del equipo de negociación provenientes de Europa y Japón, y con el Asistente del Presidente del AWG-LCA, entre otros. A última hora, tuvo éxito este trabajo: al último día, se informó que el párrafo en cuestión se había reincorporado a la “Visión compartida”.

El informe final del Consejo Subsidiario de Asesoría Científica y Técnica sobre Captura y Almacenamiento del Carbono como Mecanismo de Desarrollo Limpio (parte del texto del Protocolo de Kioto), presentó dos opciones sobre captura y almacenamiento del carbono para que las partes las estudiaran. Al final, las partes adoptaron la más favorable de las dos opciones. Por lo tanto, la captura y almacenamiento del carbono será una actividad que se pueda prestar para un proyecto bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto, con tal que cumpla con evaluaciones bastante rigurosas de riesgos y seguridad. Esto constituye un avance importante para quienes apoyan la captura y almacenamiento del carbono, entre los cuales figura la ICEM y muchas de sus organizaciones afiliadas.

Queda mucho por hacer en cuanto a proteger la tierra contra el cambio climático desastroso. Los países industrializados deben contar con metas más elevadas de reducción de emisiones, y aunque se logró avanzar sobre la cuestión del financiamiento, para los países más pobres del mundo no existe todavía ningún plan de financiamiento realmente adecuado para el trabajo de mitigación y adaptación.

Sin embargo, tomando en cuenta todos estos factores, el COP-16 constituyó un pequeño paso adelante, que permite esperar que el próximo año, en el COP-17, se logre un tratado climático más efectivo “justo, ambicioso y vinculante”.

Se puede ver aquí una lista completa de los acuerdos que se alcanzaron en el COP-16.