20 junio, 2011
La huelga que el 25 de mayo habían iniciado 11.000 trabajadores subcontratados de la división El Teniente de Codelco en Chile se ha reducido a unos 4.000 huelguistas, debido a que muchas de las empresas contratistas, que son más de 20 que subcontratan obras para la empresa estatal productora de cobre, han llegado a acuerdos con el personal subcontratado.
En el momento más crítico de la huelga, el 8 al 9 de junio, después de bloqueos que impedían que llegaran a la mina autobuses que llevaban al personal de Codelco a la mina, bajó al 40% la producción de cátodos de cobre de El Teniente, la división más rentable de la empresa. Sin embargo, a fines de la semana pasada, la producción había aumentado, alcanzando un 75% o más, debido a que algunos contratistas concedieran a los trabajadores subcontratados bonos especiales y primas de transporte con el fin de lograr que volvieran al trabajo.
Por otra parte, Codelco también comenzó a llevar al personal de planta al sitio de la mina por helicóptero cuando se pararon e hicieron devolver a los autobuses de transporte.
Los sindicatos que representan a los trabajadores subcontratados no han logrado que Codelco ni el gobierno chileno entablen un diálogo con ellos sobre las condiciones de trabajo en El Teniente. (Ver aquí el informe de la ICEM cuando estalló la huelga de los trabajadores subcontratados.)
Laurence Golborne, Ministro de Minas y Energía, dijo que venía observando la huelga, pero descartó toda posibilidad de participación de Codelco o del gobierno debido al acuerdo marco de 2007, que señala que ninguna de estas dos partes tiene la obligación de responder por las reivindicaciones de trabajadores subcontratados.
Ricardo Rincón, un político regional del Partido Democratacristiano de Chile, censuró la actitud del gobierno de no querer responder a las quejas legítimas de los trabajadores subcontratados, diciendo que el no oír a los trabajadores no es buen antecedente para la administración de Codelco ni para el gobierno de Chile.
Las empresas contratistas han otorgado a su personal bonos especiales de 700.000 pesos (US$1,500) para que abandonen la huelga, además de aumentos de viáticos. Las características de esta huelga han sido las concentraciones y marchas diarias en la cercana ciudad de Rancagua, en la Región VI, una atmósfera de cierta violencia que reina y daños de algunos autobuses, y la detención de unos 80 trabajadores subcontratados.
El 14 de junio, unos 1.000 trabajadores subcontratados tomaron 17 autobuses para viajar a Santiago con el fin de entregar peticiones al Congreso Nacional y a diversos ministerios. Mientras tanto, un día antes, cuatro mujeres, madres de trabajadores subcontratados de huelga, comenzaron en la catedral de Rancagua una huelga de hambre, bebiendo sólo agua, para protestar contra la negligencia del gobierno de no querer involucrarse en el conflicto.
En otra parte, en la mina de Chuquicamata de Codelco, parte de la división El Norte de la empresa, unos 1.000 trabajadores de planta, sindicalistas de seccionales de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), realizaron una marcha el día 15 de junio, en preparación para una huelga que podría estallar en cualquier momento.
Las seccionales de la FTC están manifestando por las necesidades de dotación de personal y posibles despidos en momentos en que Codelco prepara Chuquicamata para su transformación, de una mina de cobre a cielo abierto a una mina subterránea. La FTC dijo que las protestas continuarán, posiblemente con una huelga, a menos que la administración se muestre dispuesta a dialogar con los trabajadores sobre sus planes de transformación.
El proyecto de conversión a la minería subterránea en Chuquicamata, que tiene un costo de US$2,2 billones, permitirá comenzar la minería subterránea en esa mina en 2018.