20 septiembre, 2010
Este fin de semana avanzó enormemente el rescate de 33 mineros, que se hallan atrapados desde hace 47 días en el desierto de Atacama de Chile, a una profundidad de 700 metros. El viernes 17 de septiembre, una de dos perforadoras de rescate abrió el techo de una sala de trabajo cerca de donde están atrapados los mineros, y ayer, 19 de septiembre, una tercera perforadora empezó a abrir una nueva salida de rescate.
El domingo, se puso en funcionamiento una perforadora petrolera, de fabricación canadiense, alquilada por la empresa petrolera del estado chileno ENAP, abriendo rocas con alto contenido de sílice para alcanzar una profundidad de 597 metros, en una zona a 300 metros de donde se encuentran los mineros atrapados.
Sin embargo, la gran noticia del fin de semana se centró en la perforadora norteamericana Schramm T-130, que, según se ha dicho, atravesará las rocas del techo de una sala situada a 624 metros de profundidad. Con este hecho se reanudaron las esperanzas en todo Chile, especialmente por cuanto el sábado 18 de septiembre fuera la celebración del bicentenario de la independencia de Chile. Los mineros, ya frustrados y atormentados a causa de los médicos y psicólogos en la superficie que controlan los conductos por los cuales se envían los abastos, celebraron el Día de la Independencia con cantos y baile, carne asada y empanadas, dieta diferente de lo que acostumbran recibir, en forma de nutrientes líquidos y jugos vitamínicos.
En la superficie, la perforadora Schramm T-130 cambiaba de broca para ampliar el conducto a 74 centímetros.
Desde el 31 de agosto y principios de septiembre, están operando en el sitio dos perforadoras mineras; la gran empresa sudafricana de minas, construcción y ingeniería Murray & Roberts supervisa estas operaciones a través de sus socios chilenos Terraservices and Cementation Sudamérica. La semana pasada, después de haber alcanzado una profundidad de 250 metros, abriendo un ducto de 38 centímetros de ancho, una de las máquinas que había iniciado primero las operaciones, la Strata 950 Raisebore, de fabricación australiana, desarrollada por la empresa sudafricana RUC Cementation, suspendió temporalmente sus labores con el fin de hacer mantenimiento de sus equipos. La Strata 950 se había diseñado para abrir “tiros piloto” de una zona subterránea a otra, y fue trasladada a este lugar desde la mina Andina de la empresa estatal Codelco.
El 11 de septiembre, la Schramm T-130, perforadora mayor fabricada por la empresa norteamericana Center Rock Inc. que está abriendo otro ducto, dio con una viga de acero que estaba instalada en un pozo abandonado que se encontraba a 268 metros de profundidad, lo cual causó un atraso de dos días mientras se esperaba que llegaran por avión las piezas de repuesto. Sin embargo, algunos días más tarde, esta máquina llegó a una zona cercana a los mineros atrapados.
Los 33 mineros, trabajadores de la mina San José de la pequeña empresa minera Compañía Minera San Esteban Primera, se escaparon con vida el 5 de agosto, cuando derrumbó un pozo debido a una explosión. La empresa San Esteban, de propiedad familiar, que quedó ahora como una mancha negra en los reglamentos de seguridad que existen en Chile para empresas mineras pequeñas, extrae el cobre y el oro y lo vende a Codelco. A consecuencia del derrumbe de la mina y atrapamiento de los mineros, la San Esteban se ha declarado en bancarrota.
Los tribunales chilenos se han tomado el activo de la empresa de US$1,8 millones, o €1,43 millones, pero el estado no ha dispuesto nada en cuanto a los sueldos perdidos. Es seguro que no se está pagando los sueldos de los 100 mineros de San José que no estaban bajo tierra el 5 de agosto, ni a otros 170 mineros de San Esteban en la mina vecina de San Antonio. Según se ha dicho, la empresa de seguros de la Compañía Minera San Esteban es responsable de los sueldos de los mineros atrapados.
Junto con los contratistas de Murray & Roberts, funcionarios del Estado de Chile y funcionarios de Codelco están dirigiendo las operaciones de rescate, y al aplicar en el sitio tres perforaciones distintas se ofrece a los mineros mayor probabilidad de ser liberados más rápidamente. Se cree que la sonda petrolera, Rig 421, alcanzará 597 metros. Esta perforadora trabaja a cierta distancia de las otras perforadoras porque es probable que se puedan producir avalanchas de rocas debido a su mayor tamaño.
Una vez completada la ampliación que van a realizar las plataformas de perforación minera, operación que comienza hoy con la Schramm T-130, tanto los mineros bajo tierra y los técnicos en la superficie construirán una “cápsula de rescate” para subir a los mineros, uno por uno, a la superficie.
Ahora se ha adelantado la fecha anteriormente estimada para el merecido rescate de los mineros, que posiblemente se produzca a principios de noviembre.
Mientras tanto, quizá el mayor desafío que enfrentan estos mineros, que siguen trabajando por una empresa en bancarrota, sea el ver recuperadas suficientemente sus fuerzas como para despejar las rocas en el interior de la mina y construir la caja que se va a usar para rescatarlos. Están sufriendo de heridas de la piel, hongos de los pies y lesiones causadas por la manipulación de las rocas. Con una temperatura de 35 grados centígrado y humedad de un 88%, es muy alto el riesgo de infecciones y bacterias en un ambiente con poco oxígeno. Los tres pequeños orificios de un diámetro de 15 centímetros que se usan para llevarles cápsulas de alimentos, líquidos, medicinas y otros elementos esenciales, son sus únicas vías de contacto con el mundo exterior.
La ICEM ha recibido decenas de solicitudes de sindicatos que desean apoyar a los mineros, y ha estado en contacto con uno de los dirigentes del Sindicato N° 2 de la Compañía Minera San Esteban, su Secretario, Javier Castillo, y exhortamos a los sindicatos y sindicalistas para que envíen mensajes de buena voluntad a los mineros en [email protected].
La ICEM también celebra la humanidad y solidaridad que se ha manifestado en todo el mundo hacia los mineros atrapados del Sindicato N° 2. Para dar tan sólo un ejemplo de esta solidaridad, gracias al llamado del Sindicato de Trabajadores de la Construcción, Forestales, Minería y Energía (CFMEU) de Australia, en unas obras de construcción en West Australia, cientos de trabajadores de la construcción donaron A$50 cada uno para pagar los alimentos, vivienda y otros costos de los familiares de los mineros. De una forma u otra, sindicatos y otras organizaciones de todas partes del mundo están repitiendo esta respuesta inspiradora ante el episodio más largo en la historia de la humanidad de sobrevivencia bajo tierra en una mina.