14 febrero, 2011
En España, a principios de este mes, las federaciones sindicales nacionales DGB de Alemania y CC OO y UGT de España participaron como plenos interlocutores sociales en la XXIIIa cumbre hispano-alemana. Aprovecharon la oportunidad para plantear en forma común una firme declaración que señala que las medidas gubernamentales que se han tomado a consecuencia de la crisis económica han beneficiado a los mercados, pero en nada a favor de la cohesión social.
En los días anteriores a la cumbre, las centrales sindicales nacionales también cuestionaron la propuesta económica de la Canciller de Alemania, Andrea Merkel, por restringir el aumento salarial, vinculando los sueldos a la productividad y la inflación. Los líderes de las tres federaciones – Michael Sommer de la DGB, Ignacio Fernández Toxo de las CC OO, y Cándido Méndez de la UGT – participaron en un evento tripartito que se realizó en la cumbre, en la que también participaron los directores generales de la Telefónica, Deutsche Telekom, Iberdrola, Siemens, Acciona, y otras corporaciones.
En la declaración, las federaciones decían que debía tener prioridad “el programa que se estableciera en el G20 en Londres para una nueva regulación del sistema financiero internacional”. También dieron pleno apoyo al rechazo, por parte de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) de las propuestas de la Comisión Europea para la gestión financiera, diciendo, con toda franqueza, “los gobiernos europeos actuales tienen la intención de cargar el costo de la crisis a los trabajadores y pensiones de jubilación.”
Refiriéndose a la desigualdad social como un detonante del colapso económico, la declaración decía que la reforma estructural y consolidación fiscal respecto a la revisión de pensiones de jubilación, recortes de la seguridad social, y debilitamiento de la legislación sobre negociación colectiva “no conducirá a la recuperación de las economías europeas. Todo lo contrario. Esta idea equívoca aporta un obstáculo que impide resolver la crisis y promueve la injusticia social.”
La declaración también criticó algunos fallos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que, equívocamente, regularizan el dumping social y salarial, incluyendo los casos Vikking, Lava, Rüffert, y Luxembourg.
La DGB, CC OO, y UGT también declararon que estaban de acuerdo con los analistas que señalan que: “Europa está perdiendo sus valores y su alma,” y usaron como ejemplo el caso de Túnez y el hecho de que los gobiernos europeos se resistieran hasta el final a censurar al dictador Ben Ali, soslayando el apoyo al movimiento democrático del pueblo.