20 septiembre, 2012Tras una huelga de seis semanas y los disturbios sangrientos en la mina Marikana de Lonmin en los que murieron 45 personas, los trabajadores han vuelto al trabajo.
Se llegó a un acuerdo salarial después de un mes de tensas negociaciones y de la continuación del conflicto laboral tras matar la policía a 34 mineros de Lonmin en huelga el 16 de agosto. Los perforadores de roca, cuyas demandas de un sueldo mensual de 12.500 R fueron una de las causas principales de la huelga, recibirán ahora 11.078 R, lo que representa un aumento del 22 por ciento, así como una paga por reanudar el trabajo.
El acuerdo podría sentar un precedente para demandas salariales y crear un nuevo punto de referencia para los sueldos en el sector; también podría tener repercusiones de conflictos laborales en el sector minero. Ya están en huelga cerca de 15.000 mineros de oro en las operaciones de KDC West de Goldfields, citando las demandas de los trabajadores de Marikana. Anglo Platinum ha cerrado sus operaciones en Rustenburg previendo la propagación de la conflictividad laboral, y el 18 de septiembre la policía lanzó gases lacrimógenos y disparó balas de goma para dispersar a los manifestantes fuera de la mina. También hay rumores de que trabajadores de Impala Platinum se han inspirado en el acuerdo para formular demandas similares.
Aunque la huelga pueda haber terminado, la conmoción por la violencia y la innecesaria fuerza utilizada por la policía han conducido al reconocimiento de que es preciso introducir cambios en el sector minero. Desde su congreso, actualmente en período de sesiones, la Confederation of South African Trade Unions (Cosatu) declara: “Estamos sumamente preocupados por que los acontecimientos del 16 de agosto y la continua violencia, cuyas principales víctimas son las masas explotadas, hayan desplazado la atención y la culpa de los patronos de platino, que han socavado sistemáticamente la negociación colectiva y promovido la división de los trabajadores, y que, sentados a la sombra, gozan de los beneficios obtenidos de los trabajadores cuyas familias están ahora privadas de su único sostén.” Declaración de la Cosatu completa.
Todavía queda mucho por hacer para abordar las condiciones de trabajo y de vida de los mineros, a los que muchos han considerado la causa principal de los disturbios. También se ha prestado atención a la difícil situación de las comunidades mineras y de los trabajadores subcontratados. Con tal fin, la Cosatu ha solicitado una segunda comisión independiente que investigue las condiciones de empleo y sociales de los trabajadores en la industria minera, históricamente y en la actualidad. Esta segunda comisión trabajará en paralelo con la comisión judicial designada ya por el presidente sudafricano, Jacob Zuma, para que examine la tragedia de Lonmin.
Si bien hay planes en marcha para establecer la negociación centralizada en la industria del platino, es preciso restaurar la confianza de los trabajadores en la representación sindical y el proceso de negociación colectiva. La Cosatu ha expresado su compromiso a defender al National Union of Mineworkers (NUM).
El NUM ha estado a la vanguardia de la reclamación de un cambio radical en la industria. Pero sus esfuerzos se han frustrado por el unilateralismo de los patronos, por el ciego aliento de los patronos a sindicatos disidentes, por la competencia por puestos de delegado sindical, por la resurrección del tribalismo en algunas zonas y por la resistencia del Gobierno a prohibir la práctica de la subcontratación. La COSATU condena, en los términos más enérgicos, la explotación política oportunista de la difícil situación de los trabajadores y la incitación a la violencia por cualesquiera grupos o personas en razón de sus propios fines egoístas.