27 abril, 2023La salud y la seguridad son un principio y derecho fundamental en el trabajo. IndustriALL Global Union está haciendo campaña a favor de la ratificación del Convenio de Hong Kong, las enmiendas al Convenio de Rotterdam y la ratificación del Convenio 176 de la OIT.
Se estima que más de 3 millones de trabajadores mueren cada año a causa de su trabajo y decenas de millones resultan heridos. El 28 de abril es el Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, un día para recordar que la salud y la seguridad en el trabajo no son un beneficio que se deba negociar ni un favor que se deba pedir. Es un derecho laboral.
Si bien los accidentes mortales han disminuido, el índice de frecuencia de accidentes mortales, es decir, la cantidad de muertes por millón de horas trabajadas, no se distribuye uniformemente entre sectores y regiones. La minería, la construcción naval y el desguace de buques, así como las industrias del textil, la electrónica y los productos químicos, muestran un impacto desproporcionado. Por otro lado, las enfermedades profesionales siguen cobrándose vidas de trabajadores en algunas industrias, también de manera desproporcionada en determinados sectores y países, con niveles superiores al índice de frecuencia de accidentes mortales.
La Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra en junio del año pasado, incorporó la salud y la seguridad a los Principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT. Esto significa que los Estados miembros de la OIT se comprometen a respetar y promover el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable, hayan ratificado o no los convenios pertinentes de esta organización.
El desguace de buques es considerado uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Este año es crucial para mejorar la seguridad, porque Bangladesh se ha comprometido a ratificar el Convenio de Hong Kong para el reciclaje seguro y ambientalmente racional de los buques (HKC). Cuando el Convenio entre en vigor, creará un punto de referencia en materia de salud y seguridad que mejorará las condiciones y transformará la vida de los trabajadores de este sector en el subcontinente y en otros lugares.
Cuando el tonelaje flotante de la flota mundial llega al final de su vida útil, los buques, y otros barcos oceánicos, incluidas las plataformas petrolíferas, deben desguazarse y reciclarse.
En India, Bangladesh y Pakistán, esta tarea queda principalmente a cargo de trabajadores migrantes con contratos precarios, capacitación mínima y escasos equipos de protección. El trabajo es extremadamente duro, muy peligroso y, con la excepción parcial de la India, generalmente se hace a mano.
Los barcos se encallan y luego los trabajadores los arrastran con cadenas a la zona de desguace. De forma manual, se cortan en bloques con sopletes y se desmontan con mazos. Los accidentes mortales son frecuentes: una causa común de muerte es la caída desde la altura con una lámina de acero recién cortada. En una ocasión en 2016, en Gadani, Pakistán, se comenzó a trabajar antes de que se retirara el combustible de un buque, lo que provocó una explosión que mató a 28 trabajadores.
Los trabajadores están expuestos a sustancias carcinógenas y otras sustancias tóxicas, así como a la contaminación ambiental. La vivienda y la atención médica son inadecuadas, al igual que el acceso al agua potable.
En la India, la situación de los trabajadores del sector del desguace de buques está cambiando: la combinación de un sindicato fuerte, ASSRGWA, parte de SMEFI, afiliado a IndustriALL, y la ratificación por parte de la India del HKC han redundado en que la seguridad mejore considerablemente. En lugar de desguazar los buques en las playas, la mayoría de los astilleros ahora usan pisos impermeables. Los bloques se mueven con grúas y algunos astilleros tienen comités conjuntos de salud y seguridad, así como el derecho a rechazar el trabajo inseguro.
Sin embargo, incluso en la India, la tasa de accidentes sigue siendo inaceptablemente alta: en 2022, se produjeron ocho accidentes mortales. En IndustriALL se cree que solo un comité conjunto de salud y seguridad que cubra toda el área portuaria comprendida en la jurisdicción de la Junta Marítima de Gujarat será suficiente para erradicar las prácticas peligrosas.
En Bangladesh y Pakistán, el desguace de buques todavía se realiza a mano. Y aunque la India ha ratificado el HKC, este aún no ha entrado en vigor, lo que significa que los armadores sin escrúpulos pueden reciclar sus barcos de forma económica en astilleros peligrosos. Todas las miradas están puestas en Bangladesh y en la oportunidad de utilizar el HKC para transformar la industria.
Las minas peligrosas de Pakistán
Otra actividad candidata ocupar el lugar del trabajo más peligroso del mundo es la minería del carbón en Pakistán, donde cada semana mueren mineros en condiciones de trabajo primitivas. En 2021-2022, se informaron más de 300 muertes ocurridas en minas. Los sindicatos creen que muchas muertes no se informan.
Las muertes representan un fracaso colosal en muchos niveles: el de los propietarios y operadores de minas, el del Estado y el de una sociedad que ha llegado a aceptar la cantidad de muertes como inevitable. A pesar de los protocolos de seguridad minera bien establecidos, casi todos los días ocurren accidentes prevenibles. La Ley de Minas de Pakistán tiene 100 años y, sin embargo, muchas minas no se adhieren a ella. El país carece de la capacidad y la voluntad para hacer cumplir sus leyes, con inspecciones laborales y de seguridad inadecuadas.
Muchas minas son explotadas ilegalmente en zonas tribales fuera de la jurisdicción efectiva del Gobierno. Los propietarios suelen tener sede en el extranjero y pagarles a contratistas locales para extraer carbón con el objetivo de usarlo en la industria nacional. Los trabajadores, muchos de ellos migrantes procedentes de Afganistán, trabajan como jornaleros, sin derechos ni equipos de protección. Las milicias locales proporcionan seguridad. Cuando ocurren accidentes, rara vez hay una respuesta de emergencia y los propios trabajadores tienen que desenterrar a sus colegas. Los sindicatos locales, al verse incapaces de cambiar la situación, se enfocan en denunciar la creciente cantidad de muertos como una letanía de la destrucción.
Para que estas condiciones puedan cambiar, debe cuestionarse el fatalismo que paraliza tanto a la sociedad como al Gobierno de Pakistán, que debe ratificar y aplicar el Convenio 176 de la OIT sobre seguridad y salud en las minas y desarrollar, con el apoyo de la OIT, IndustriALL y otros actores dispuestos, una inspección de seguridad que pueda hacer frente a la crisis. Además, debe imponer su autoridad para clausurar y confiscar las minas que operen de forma ilegal o que infrinjan las normas de seguridad.