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22 febrero, 2018Tras una jornada intensa de movilizaciones, el Gobierno de Brasil decidió suspender la votación de la reforma de pensiones, una importante primer victoria para el pueblo
El 19 de febrero las centrales sindicales de Brasil protagonizaron una jornada de movilización y lucha contra la reforma de seguridad social, día que estaba prevista la votación de la impopular propuesta de enmienda a la Constitución PEC 287.
Cerca de 20 mil personas se congregaron en la Avenida Paulista, en São Paulo y hubo protestas en todas las demás ciudades. Las repercusiones fueron tales que el Congreso optó por suspender la sesión. Los trabajadores celebraron esto como una primer victoria, dentro del plan de acción que desarrollan para que abandonen el proyecto que implica un retroceso en los derechos laborales.
"Tenemos que celebrar una victoria momentánea. Quien está en guerra como nosotros, tiene que continuar movilizado y en lucha",
dijo el presidente de la CUT, Vagner Freitas., quien también señaló la importancia de continuar en estado de alerta, presionando a los diputados con actos, marchas y manifestaciones en todo el país.
Además de la fuerte oposición de la población, otro condicionante de la suspensión fue que (después de 14 meses) Michel Temer no pudo reunir los 308 votos necesarios en la Cámara de Diputados para reformar el sistema de jubilaciones, su mayor proyecto económico para 2018.
Previendo este panorama fue que Temer decretó la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro el 16 de febrero, una excusa para evitar la derrota en la votación del 19.
En esa línea, el Congreso Nacional anunció al final del 19 de febrero que suspendían las propuestas de enmiendas a la Constitución (PEC) porque la Constitución establece que los legisladores no pueden hacer cambios legales cuando hay un decreto de intervención militar.
El decreto obtuvo la aprobación en las cámaras de diputados y senadores el 21 de febrero. Las centrales sindicales rechazaron la decisión de poner al ejército a cargo de la seguridad de Río de Janeiro, por considerar que no es la función del Ejército restaurar el orden, y por los riesgos que podría plantear para las garantías constitucionales. Es la primera vez que un líder de Brasil ordena una intervención militar desde que el país regresó a la democracia en 1985.
Finalmente, el secretario regional de IndustriALL Global Union, Marino Vani, dijo al respecto:
“Celebramos esta primer victoria de los trabajadores de Brasil en su lucha unificada contra la reforma de pensiones. Las manifestaciones en las calles y la presión deben continuar para impedir que avance una reforma que daña los derechos de los trabajadores”