14 marzo, 2018Los trabajadores de las operaciones de QIT Madagascar Minerals (QMM) de Rio Tinto pararon sus actividades dos veces en cinco días debido a que la administración de la empresa violó su convenio colectivo en relación con los aumentos salariales. Unos 320 trabajadores permanentes de un total de 480 en la mencionada empresa declararon la huelga el 8 de marzo.
El convenio colectivo exige que se tome en cuenta tanto el aumento salarial anual vinculado a la inflación y un aumento basado en el rendimiento, con el fin de compensar la pérdida de poder adquisitivo. El sindicato ha señalado que la política que aplica la empresa discrimina contra los trabajadores en los escalafones salariales inferiores, y que esos trabajadores nunca alcanzan la paridad de poder adquisitivo prevista en el convenio colectivo. En cambio, los supervisores y gerentes se benefician del sistema impuesto por la administración, violando así el convenio colectivo. Según el sindicato, los trabajadores de QMM reciben salarios muy bajos, con un promedio de aproximadamente US$ 45 al mes.
Los miembros del sindicato Sendika Kristanina Malagasy (Sekrima), organización afiliada a IndustriALL, y de Syndicalisme et Vie des Sociétés (SVS), suspendieron la huelga en la tarde del jueves 8 de marzo después de que la administración local prometiera que al día siguiente se iba a establecer mediación encabezada por el departamento de inspección del trabajo.
Sin embargo, un representante sindical de Sekrima explicó: “Suspendimos la huelga el jueves, pero cuando nuestros miembros se presentaron a trabajar el viernes, la empresa tomó represalias con amenazas de despido, pérdida de beneficios e intimidación”.
Las negociaciones entre la empresa y los sindicatos Sekrima y SVS se estancaron el viernes, y la huelga continuó el lunes siguiente, 12 de marzo. Debido a amenazas de intimidación, solamente 200 trabajadores participaron en la huelga.
A la mañana siguiente, 13 de marzo, se suspendió la huelga después de haberse alcanzado un acuerdo que incluía:
- Un aumento salarial por encima de la inflación del 8,3% para todos los empleados que no tengan puestos en la administración
- Los empleados ejecutivos con buen rendimiento han de recibir por lo menos un aumento salarial que supere el nivel de la inflación, mientras que a los gerentes con bajo rendimiento corresponderá un aumento salarial que oscila entre 6% y 7%
- No se reducirán los salarios de los empleados que participaron en la huelga, y se prohíbe cualquier forma de acoso relacionado con la participación en el paro
Kemal Ozkan, Secretario General Adjunto de IndustriALL, señaló: “Al finalizar la huelga, el próximo paso para el sindicato y la administración local será revisar el convenio colectivo actual que ha de entrar en vigencia en abril de 2018. Esperamos que esto continúe en el espíritu de respeto que se demostró durante las negociaciones para poner fin a la huelga, del mismo modo como lo hicimos en el proceso de diálogo mundial con Rio Tinto”.
Por su parte, Anthony Randrianandrasana, Presidente de Sekrima, QMM, Fort Dauphin, afirmó: “El fin de la huelga, y, lo más importante, el contenido del convenio, corresponden a la justa exigencia de los trabajadores de recibir un aumento general vinculado a la inflación que mantenga el poder adquisitivo de la mayor parte de la fuerza de trabajo”.
Steve Hunt, Director del Distrito 3 de United Steelworkers y Codirector de la sección de minería, y de diamantes, piedras preciosas, ornamentos y joyería de IndustriALL, quien, desde Vancouver, en British Columbia, Canadá, siguió de cerca las negociaciones, afirmó: “Nos enorgullecemos del liderazgo que ofreció Sekrima, que, en las condiciones más difíciles, logró cumplir con el mandato de sus miembros”.
Los sindicatos también exigieron que la compañía haga que sus proveedores cumplan con el código de conducta, que se presentó durante la reciente misión mundial conjunta de alto nivel que realizaran IndustriALL/Rio Tinto a QMM en febrero, implementando su requisito de diligencia debida para los contratistas. Los empleados de los contratistas tienen miedo de afiliarse al sindicato debido a la intimidación de los propietarios de los contratistas, que no respetan las disposiciones del código de conducta para proveedores, garantizando la libertad de sindicación y el derecho a afiliarse a un sindicato de su elección.