6 agosto, 2014Los trabajadores y trabajadoras del sector confección de Bangladesh, que llevan más de una semana en huelga de hambre, han llamado a un paro de advertencia en las fábricas de prendas de vestir en todo el país. Este paro se ha fijado para el 10 de agosto si no se pagan los salarios y bonificaciones pendientes.
En efecto, a consecuencia de la suspensión del pago de sus salarios desde hace tres meses, más de 1.600 trabajadores de la empresa Tuba Group, compañía de confección de prendas de vestir, se hallan en huelga de hambre desde el 28 de julio. Exigen que se paguen sus salarios, pago de tres meses de sobretiempo, y también los bonos que les corresponden por el festival de Eid.
Los trabajadores y trabajadoras en cuestión, que producen prendas de vestir para la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), informaron hoy que si los pagos pendientes no se realizan antes del 7 de agosto, llamarán a la huelga, el 10 de agosto, a los trabajadores de prendas de vestir en todo el país.
Monika Kemperle, Secretaria General Adjunta de IndustriALL Global Union, exigiendo el pago inmediato de los salarios y bonificaciones pendientes, ha señalado:
"Las mujeres y los hombres que laboran en la industria de la confección en Bangladesh son nuestros afiliados, y vamos a luchar por ellos. Son piedra angular de esta industria muy rentable que no puede permitirse el lujo de tratar a la gente de esta manera".
El director general del grupo Tuba, Delwar Hossain, estuvo en la cárcel desde febrero de 2014 por el papel que realizó en la tragedia Tazreen, incendio de una fábrica que costó la vida de 112 personas y dejó a más de 200 lesionados. Sin embargo, por dictamen de la Corte Suprema, fue puesto en libertad bajo fianza el 5 de agosto.
Los trabajadores en huelga de hambre han estado acampando en una de las fábricas. Hasta la fecha, casi 100 personas se han enfermado a consecuencia de esto, y alrededor de 20 personas han sido hospitalizadas.
Esta mañana, 6 de agosto, al despertar encontraron que las puertas de entrada estaban bloqueadas. Los trabajadores fueron encerrados durante seis horas antes de que la policía abriera las puertas.
Después, la policía entró en el edificio y sacaron a los dirigentes sindicales y activistas que se habían unido a los trabajadores en una demostración de solidaridad. Al menos 20 personas resultaron lesionadas en el ataque, y diez fueron llevadas a la comisaría. Todos fueron puestos en libertad más tarde, menos uno.
Las autoridades han suspendido el suministro de alimentos y solución salina a los trabajadores que continúan su ayuno, y la policía, por su lado, ha restringido el trabajo de los medios de comunicación dentro de la fábrica.
Monika Kemperle dice:
El Grupo Tuba, la BGMEA y las marcas deben procurar que todos los pagos pendientes se hagan de inmediato, antes de que el costo humano sea demasiado alto.